"Los trabajos sobre el referéndum son el talón de Aquiles del proceso de la ONU en el Sáhara"
El coronel retirado Emilio Cuevas, de 60 años, está "muy satisfecho" y "orgulloso" de "haber sido el padre del único censo realizado por una potencia colonial para una población nómada". "Cuando se planteó la necesidad de hacer un recuento de los saharauis ante la inminencia de celebrar un referéndum por parte de la ONU, el Instituto Nacional de Estadística envió al Sáhara a algunos de sus empleados para realizar el censo; pero cuando se enfrentaron a las peculiaridades que entraña una población nómada como es la saharaui, rechazaron la misión", dice Cuevas al relatar cómo se recurrió a él.Le avalaban su calidad de especialista de la sociología beduina y su amplia experiencia basada en 20 años de permanencia en el África occidental: Sáhara e Ifni. "La sequía había paralizado ya a la mayor parte de la sociedad saharaui, pero su cultura y forma de ser seguía siendo nómada, es decir, sin arraigo a'ningún núcleo urbano; ello suponía que la geografia no nos valía -como es habitual en los censos- como punto de partida para clasificar a la población", explica. "Puesto que la idiosincrasia saharaui basa la naturaleza en el linaje de carácter agnático, opté por sustituir el principio geográfico por el de grupo social o tribu", añade.
Su labor quedó truncada, pues la marcha verde marroquí no le permitió llevar a término el proyecto de referéndum que él mismo ya había elaborado. Pero la petición que le hizo la ONU en 1988 para participar como asesor en el plan de paz del Sáhara le ha dado la oportunidad "de colaborar constructivamente en la noble tarea de continuar lo que entonces quedó inconcluso".
Pregunta. La fase actual del proceso de paz para el Sáhara se centra en la actualización del censo español con la ayuda de los notables saharauis; ¿qué dificultades presenta esta tarea?
Respuesta. Es la fase clave del proceso, pues decidirá quién votará en el referéndum, y a la vez su talón de Aquiles. Yo no formo parte de la comisión de identificación, ya que mi papel es de mero asesor. Pero creo que sus componentes deberán tener un alto grado de cualificación, condiciones morales, capacidad de trabajo y ser conscientes de la gravedad de su responsabilidad.
P. Los chiuj -notables saharauis- del lado marroquí y los del Frente Polisario tendrán la última palabra en caso de disensiones sobre la lista de votantes. ¿Es cierto que ellos conocen uno por uno a sus gentes?
R. No exactamente. Yo trabajé con ellos en las comisiones de identificación que las autoridades coloniales españolas constituyeron en el Sáhara en los setenta. Normalmente, cuando Yo les consultaba para definir si tal persona era saharaui, nunca me contestaban de forma inmediata.
Y es que su testimonio en materia de identidad no se basa en la información escrita, sino en la oral, ya sea propia o la de sus allegados. Su valor estaba ligado a su permanencia en la zona o entorno social bajo su control. Pero ahora nos hallamos con un pueblo escindido y desarraigado...
P. Entonces, ¿qué valor tendrá el testimonio de los notables en las reuniones que se prevén este mes en Ginebra?
R. En mi opinión, hay que desmitificar el papel que los propios saharauis, quizá por desconocimiento del pasado, atribuyen a los ancianos notables para los trabajos de la comisión de identificación de la ONU que ahora se inician. Yo. crea que la intervención de los chiuj nunca podrá ser un elemento fundamental, sino sólo complementario para aquello casos de dudas. Los chiuj de la ONU consultados para crear unas listas definitivas de votan tes, en contra de lo que se cree no corresponden a las figuras de jefes tribales. Ellos fueron elegidos en unas consultas de mocráticas y limpias que el Gobierno colonial español organizó en 1973 ante la necesidad de crear un lazo de unión con sus administrados. Por tanto, son el resultado de una digestión colonial que creó un arquetipo de figura tradicional, funciona río y parlamentario. Su carácter siempre fue meramente representativo y no con poder de mando. Además, cada uno de ellos fue elegido para representar a una tribu, fracción o subfracción, según la importancia en número y prestigio de las tribus. Por ejemplo, de los 193 chiuj que actuaban en la administración colonial, 93 correspondían a la tribu erguibat, la más numerosa de 21 tribus que integran la población saharaui.
P. En la primera y única reunión de notables saharauis ante la ONU el pasado año en Ginebra, sólo se reunieron 38; ¿son suficientes?
R. Creo que la reunión de notables del pasado año fue muy positiva desde el punto de vista psicológico. Con vistas a la gravedad de los trabajos que se deben encarar, esta primera experiencia requiere ahora una mayor elaboración desde el punto de vista técnico.
Estoy desconectado de los preparativos que la ONU está haciendo para estas eventuales reuniones. Desde luego, reunir a todos los notables no sería práctico. Pero se puede suplir el recorte de número con la búsqueda de un equilibrio para que todos los grupos estén representados, que a su vez exige una labor muy compleja. En mi opinión, es muy importante que se defina claramente qué grupo tribal representará cada uno de los notables seleccionado para la reunión. La representación de las tribus o grupos minoritarios puede agruparse en un mismo notable. Además, al tratarse de una población escindida, cada notable con la misión de representar a tal o tales grupos en el lado de los territorios bajo control de Marruecos deberá tener su homólogo en el Polisario.
Conceptos distintos
P. El hecho de que los saharuis utilicen varios nombres a la vez,¿creará problemas en la confección de las listas?
R. Efectivamente, el concepto de onomástica entre los saharauis es muy distinto al nuestro. Ellos cambian sus nombres con el tiempo, según las circunstancias. Además no hay que perder de vista que la vida normal de un censo es de 10 años y el que vamos a utilizar tiene ya 17 años. Es normal que se planteen dificultades a la hora de que los saharauis tengan que reconocerse en unas listas confeccionadas con prisma occidental y para pueblos en situaciones normales.
En todo caso, hay un factor que no falla a la hora de que los saharauis precisen y localicen su origen: el de la tribu. En el censo español, a cada individuo inscrito le corresponde una clave que por medio de números y letras define no sólo el grupo social al que pertenece el interesado, sino también la fracción y subfracción tribal, hasta llegar al ahel o unidad familiar. Ese simple número indica incluso la posición que el individuo ocupaba en la familia.
P. ¿Cree usted que el referéndum sellará la paz?
R. Soy discretamente escéptico, salvo que surja un sulh, es decir, ese tipo de acuerdo-paz muy propio de árabes y que surge de forma descabellada. Un acuerdo que inesperadamente haga del referéndum un mero trámite burocrático.
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