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LA DESINTEGRACIÓN YUGOSLAVA

Kohl, partidario de la autodeterminación de las repúblicas secesionistas

El canciller alemán, Helmut Kohl, dio ayer un giro a la crisis yugoslava al mostrarse partidario de la autodeterminación de las repúblicas rebeldes. Esta posición la expresó al cumplirse un año de que la moneda de la RFA colonizara la ahora extinta RDA, haciendo inevitable la absorción por Bonn del Estado alemán comunista.

Helmut Kohl calificó ayer esta medida de "justa, acertada y realizada en el momento oportuno", aunque reconoció que se habían cometido algunos fallos. Presionado desde hace días por las bases de su partido, el canciller se quedó ayer a muy poca distancia de apoyar las pretensiones independentistas de Eslovenia y Croacia. "Estamos por la autodeterminación", dijo, "no se puede mantener unido a un país con los carros de combate y la violencia".El canciller matizó posteriormente que favorecía la solución de una "confederación muy flexible", aunque, añadió, "si esto tampoco funciona tendremos que volverlo a pensar". Kohl amenazó con cortar toda la ayuda económica a Belgrado si el Ejército yugoslavo no regresaba a sus cuarteles. Desde la entrada del Ejército yugoslavo en Eslovenia, tanto en el seno del partido democristiano como en la oposición socialdemócrata, han ido aumentando las voces que piden el reconocimiento dipomático de las dos repúblicas rebeldes.

Sobre la unidad monetaria entre las dos Alemanias, de la que ayer se conmemoraba el primer aniversario y cuyos resultados no han sido lo brillantes que en su momento se preveía, el canciller reiteró su excusa de que era inevitable.

Para el canciller, pese a que la economía de la ex RDA se encuentra en estado de total colapso y de que se ha visto obligado a subir drásticamente los impuestos "hoy todo el mundo sabe que actuamos exactamente en el momento oportuno".

Coincidiendo con la fecha de ayer entraba en vigor la subida de los alquileres en la ex RDA así como la de algunos servicios básicos (electricidad, calefacción y agua). Asimismo, ayer acababa el plazo establecido en el Tratado de unión entre las dos Alemanias por el que los funcionarios de la ex RDA mantenían sus puestos de trabajo. Pese a que la cifra inicial de cerca de un millón se ha visto reducida al ser absorbidos por las nuevas administraciones regionales y locales o haber encontrado trabajo en el sector privado, entre 300.000 y 400.000 de estos empleados públicos pasaron ayer a engrosar las listas del paro, de los que más de 40.000 pertenecen a la capital.

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