Craxi anuncia en el congreso socialista que seguirá gobernando con los democristianos
Bettino Craxi, secretario general del Partido Socialista Italiano (PSI), anunció ayer en su discurso de apertura del 46º congreso del partido, que se celebra con carácter extraordinario en Bari, la ciudad natal de Aldo Moro, que los socialistas seguirán por el momento gobernando con la Democracia Cristiana y que "no ve en el horizonte la alternativa de izquierdas".Terminó así el enigma que envolvía a este congreso que Craxi había solicitado con motivo del 15º aniversario de su llegada a la secretaría desde la que dio un revolcón al viejo partido de Pietro Nenni para convertirlo en un partido moderno y reformista.
Se esperaba, en efecto, con gran interés y curiosidad el saber si Craxi -que, según los observadores políticos, se halla por primera vez en dificultad tras haber perdido el referéndum Último y tras no haber conseguido en las elecciones de Sicilia capitalizar los votos perdidos por el Partido Democrático de la Izquierda de Occhetto, que fueron a parar a la Red de Leoluca Orlando, el fustigador de la Mafia- iba a romper o no con su aliado eterno, la Democracia Cristiana.
Y si tras haber caído el muro de Berlín y desaparecido el viejo partido comunista, Craxi escucharía la llamada de Occhetto para empezar a dar luz verde a un programa de gobierno de todas las fuerzas progresistas del país como alternativa a los eternos democristianos.
Se lo habían pedido con fuerza la corriente interna de izquierdas del partido, pero Craxi, a pesar de que el congreso silbó la entrada de la delegación democristiana y aplaudió con calor a Achille Occhetto y a la delegación de su partido, dijo abiertamente que por el momento la única posibilidad para el PSI es la de buscar una "unidad socialista", pero sólo con los partidos que están en la Internacional Socialista o a pleno título o como observadores, como el PDS de Occhetto, no con los otros, por progresistas que sean.
Y sólo cuando dicha unidad socialista haya sido realizada, dijo Craxi, se podría pensar en "nuevas alianzas de gobierno", pero no antes.
De hecho, el ministro de Asuntos Exteriores, Gianni de Michelis, ya había anticipado que el PSI seguiría aún durante varios años colaborando con la DC.
El líder socialista, que leyó 50 folios en mangas de camisa transparentes por el sudor bajo un calor tórrido y húmedo que hizo desmayarse a más de uno de los presentes, dedicó muchos elogios al mensaje que Cossiga había enviado la víspera del congreso al Parlamento y defendió -la idea de la elección directa del jefe del Estado con "poderes de alta dirección política", abogó por un Parlamento fuerte que dé la confianza al primer ministro y asegure estabilidad a los Gobiernos.
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