Borrell plantea la insuficiencia de los Presupuestos para financiar las obras públicas

El ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, planteó ayer en el Congreso la necesidad de reformar el sistema de financiación de infraestructuras, basado hasta ahora en los Presupuestos Generales del Estado. En este sentido, el ministro reconoció que parte del retraso en planes ambiciosos como el de carreteras, se debe a recortes presupuestarios. Borrell avanzó que la solución pasa por la financiación mixta entre contribuyentes y usuarios.

El ministro, que realizó un detallado repaso a la marcha del Primer Plan de Carreteras 1987-1991, anunció la próxima reforma de la Ley de Contratos del Estado.Sobre la reforma de los sistemas de financiación de las grandes obras y su relación con los Presupuestos, Borrell fue rotundo: "En España" afirmó "y a diferencia de otros países, el esfuerzo de financiación ha recaído en el contribuyente únicamente. Ahora se trata de ver si ese esfuerzo es mantenible en el tiempo".

La solución final, que determinará los ritmos de ejecución de las obras, estará relacionada, siempre según Borrell, con los niveles de presión fiscal y de déficit público que decida el Parlamento. "Dénme la presión fiscal de Francia y les daré infraestructuras similares a las francesas", llegó a asegurar.

Las alternativas de financiación de infraestructuras que baraja el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), según explicó recientemente el secretario general de infraestructuras, Emilio Pérez Touriño, son básicamente tres: creación de un impuesto específico para financiar obras, en línea con la denominada tasa ecológica que propone la Comisión Europea; destinar a infraestructuras parte de la recaudación que se obtiene por la imposición sobre carburantes o crear un ente encargado de gestionar las obras con capacidad de endeudamiento.

Al margen de las fórmulas de financiación, el responsable de Transportes abordó la situación del Primer Plan de Carreteras 1984-1991, cuyo coste final, en 1993, superará los 2,5 billones de pesetas. Según Borrell, que justificó parte del retraso en la ejecución del plan en las mejoras introducidas, el departamento que encabeza impulsará la construcción de 2,5 kilómetros diarios de autovías en los próximos 18 meses.

Expropiaciones

La prioridad del MOPT en es satisfacer las expropiaciones realizadas y no pagadas. La deuda contraída por este concepto desde 1987, contenida en más de 4.000 expedientes, asciende a más de 30.000 millones de pesetas. El Ministerio pretende pagar la deuda más antigua, estimada por Borrell en unos 10.000 millones de pesetas, en los próximos meses. Para ello efectuará este año un trasvase de recursos del ferrocarril, con holgura en determinadas partidas de inversión, al plan de carreteras vigente.Sobre el que será el II Plan de Carreteras, Borrell aseguró que existe ya un borrador, elaborado por su antecesor, Javier Sáenz Cosculluela, que está siendo sometido a examen. Su desarrollo, avanzó, estará íntimamente ligado al Plan de Desarrollo Regional negociado con las Comunidades Autónomas por él mismo durante su etapa al frente de la Secretaría de Estado de Economía. No obstante, aclaró que "ni este año ni el que viene tendrá una disposición presupuestaria".

La comparecencia del ministro ante la Comisión de Industria fue accidentada. Los representantes del grupo Popular abandonaron la sala debido a que el presidente de la Comisión, José Félix Sáez Lorenzo, retiró la palabra, por exceso de tiempo en la intervención, al diputado Felipe Camisón.

Camisón había criticado la obra ferroviaria de alta velocidad Madrid-Sevilla, la renegociación de las entregas de los 24 TAV contratados con el grupo franco-británico GEC-Alsthom y la ausencia, en materia de alta velocidad, de la empresa española Talgo. Borrell, con el diputado popular ausente, explicó que las obras de alta velocidad se atienen escrupulosamente a lo decidido por el Gobierno el 7 de julio de 1989: centrar el esfuerzo inversor en la línea Madrid-Sevilla. "No hay ningún retraso en los planes ferroviarios" aseguró el ministro, que defendió la utilidad de la línea Madrid-Sevilla y adelantó que "no quedará como una isla en la red general". Acerca de Talgo, Borrell aseguró que la empresa no resultó beneficiada por el contrato de alta velocidad "porque sencillamente, no se presentó".