Hablar de Alemania
Permítame usted algunas observaciones en relación con su información sobre la evolución actual de Alemania. Me parece que sus análisis al respecto a veces no logran desprenderse suficientemente de la propaganda gubernamental o, lo que no difiere tanto, de la opinión reinante en nuestro país. De ahí que compartieran ustedes por mucho tiempo la euforia de la reunificación respecto a su perspectiva democrática y económica y ahora les cogen por sorpresa los disturbios políticos y el desastre económico en Alemania Oriental.Creo que ya es hora de ocuparse en serio de los efectos desastrosos de la propia reunificación en cuanto a lo económico y, lo que a mí me interesa más, la perspectiva democrática de Alemania Oriental. Pues se trata de un proceso que tiene todas las características de una auténtica conquista de parte de Alemania Occidental en lo económico, lo político y lo mental
Cabe hacer la observación previa de que yo soy un ejemplo vivo de la cultura democrática de Alemania Occidental. Después de muchas discriminaciones profesionales, hasta las tristemente célebres Berufsverbote, debido ante todo a mi pertenencia a la psicología crítica, por fin preferí trasladarme de Berlín Occidental a España. No había más remedio, a pesar de una obra científica no tan mala (30 publicaciones, incluidas cinco monografías), pues tarde o temprano todos mis intentos de conseguir un puesto vitalicio fracasaron por intervenciones directas o indirectas, refinadas o menos refinadas, de las instancias políticas.
Hace poco aproveché la invitación de una universidad de Alemania Oriental para recoger algunos detalles en esta comunidad sobre la práctica de la democratización dentro y fuera del ambiente universitario. Sólo cuatro ejemplos:
- El Gobierno de Turingia está aniquilando todos los sectores universitarios supuestamente marxistas, y, por otra parte, cuenta entre sus consejeros para asuntos económicos con un profesor altamente involucrado en el sistema antiguo, que ya entonces perdió su puesto universitario debido a un escándalo financiero.
- Un filósofo de la misma universidad, militante del antiguo partido comunista, anda denunciando públicamente a sus colegas menos flexibles políticamente que siguen en sus puestos de profesores.
- Otro profesor y médico de la cúpula del antiguo partido comunista también dio la vuelta a tiempo, y entre tanto actuó como protagonista de la inquisición antimarxista en la misma universidad.
- Y para añadir un ejemplo fuera del ambiente universitario: un funcionario del partido comunista responsable de la falsificación de las elecciones comunales en 1989 se ha convertido hoy, a través del Partido Liberal, en el alcalde de un pueblo.
Cuesta poco imaginarse qué tipo de mentalidad crece en una población que presencia estas farsas y disfraces cotidianos y vive en un ambiente donde se remunera la adaptación más rápida y se persigue mediante todo el poder de los conquistadores a la gente todavía fiel a algunos principios socialistas. Resultará otra cultura de huestes y oportunistas, de las que ya tenemos demasiadas en la historia de nuestro país.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.