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Crítica:MADRID EN DANZA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Posiciones opuestas

En la noche del viernes se dio el último espectáculo de los 15 que ofrecía este año el festival Madrid en Danza. Una sala parcialmente llena, como ha sido tónica habitual de todos los estrenos, acogió tres montajes seleccionados en la pasada muestra de Danza Valencia, de creadores españoles cuyo trabajo se desarrolla habitualmente en el extranjero.El alemán de origen valenciano Juan Pineda, en La mecánica cuántica, quiere traspasar a la escena los principios de la energía discontinua, y, como intento de aproximación visual, es una idea curiosa; los dos bailarines, moviendose a impulsos, graban o rebotaban por el suelo en un ejercicio muy gimnástico que apenas usaba la vertical para atomizar su imagen física. De la sincronización de sus energías en los volteos y desplazamientos dependió el valor de la pieza, sin favorecerle nada a su contenido abstracto, el enganche teatral con el que aparecen los músicos.

Propuestas desde Valencia

La mecánica cuántica. Coreografía: Juan Pineda. Time to go. Coreografía y baile: Margarita Guergué. Kronos y Kromos, realizado e interpretado por Torneu Vergés. Teatro Albéniz. Madrid.

Los catalanes Margarita Guergué y Tomeu Vergés dieron un alto nivel escénico: ella como bailarina y él como actor. Sus piezas se fundamentaban en las actitudes artísticas de los creadores, y sirvieron para demostrar la personalidad acusada que cada uno tiene en ámbitos opuestos.

Guergué, educada en Norteamérica, posee un gran sentido de la libertad de movimiento, que no consiente reducciones en cuanto al uso del cuerpo ni en el ataque valiente del espacio hacia el cual dirige sus arranques fuertes y bien controlados, de expresión física. Su pieza, Time to go, mantiene de esta forma un buen ritmo y un estilo vivo matizado con pausas tensas. Su mínima ambientación le permite un pequeño desarrollo expresivo hacia la intimidad, con gestos pequeños igualmente bien confeccionados.

Kronos y Kromos es una pantomima montada sobre el efecto de la imagen y las dotes histriónicas de Vergés, que se desgasta en los mismos efectos teatrales que la sostienen. Este creador, que además posee como bailarín una rara capacidad para esquematizar y perfilar sus mensajes expresivos, tiene una cualidad que le ha abierto las puertas de las mejores compañías contemporáneas de Francia, donde habitualmente reside.

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