Las ventajas fiscales

Las cédulas hipotecarias fueron un activo fiscalmente opaco hasta que la ley de activos financieros de julio de 1985 eliminó este refugio del dinero negro. La reforma ahora en marcha no prevé ni ésa ni ninguna otra ventaja fiscal, pues, según fuentes del Ministerio de Economía, "todas las prerrogativas fiscales que no se pueden mantener en el tiempo o que no son estrictamente necesarias acaban teniendo efectos contraproducentes".

La expansión que Economía espera experimenten estos activos se apoya en la confianza de que resulten atractivos por sus condiciones financieras. Esa confianza reside en la ampliación tanto del número de potenciales emisores como en la flexibilización de las condiciones de cada emisión.

Cotización en bolsa

Cédulas, bonos y participaciones hipotecarias serán admitidos a cotizar en bolsa como cualquier otro valor, según el nuevo artículo 72 del reglamento. Además, estos activos financieros podrán tener el soporte de anotaciones en cuenta como alternativa al de títulos físicos.La ampliación del mercado de títulos hipotecarios se apoya también en la posibilidad que se abre a los fondos de pensiones para que "materialicen sus reservas en cédulas, bonos y participaciones hipotecarias".