La noche que duró 10 horas
A la tercera va la vencida. Eso debieron pensar el comité de huelga de Metro y la dirección de la empresa. Eran las seis de la mañana. Detrás quedaban 10 horas de pimpón de propuestas y contrapropuestas.Tres horas duró la exposición de las posturas. No fue muy largo si se piensa que, aunque las posiciones eran dos, los cinco sindicatos se cedían amablemente la palabra para que se escuchara la voz de su grupo. En la cabecera de la mesa, el director de Metro, asesorado por cinco colaboradores, respondía dirigiéndose cuidadosamente por el nombre de pila a cada representante.
Más tarde, la dirección aceptó retirar los expedientes abiertos, pero añadía que las negociaciones deberían realizarse en "el plazo más breve posible". Ese pero puso fin al entendimiento: los sindicatos rechazaron la coletilla y la empresa rechazó el rechazo.
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