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El Banco de Pagos critica los recortes de tipos de interés como medida para salir de la recesión

La recesión y las medidas más adecuadas para salir de ella es el gran motivo de preocupación que ha tomado el relevo a las discusiones sobre el recalentamiento de las economías. La recesión se ha convertido así en el principal punto de discusión que ocupa desde ayer en Basilea (Suiza) a los gobernadores de los bancos centrales. La primera conclusión del informe anual del Banco Internacional de Pagos no puede ser menos optimista: "Los signos de recuperación de la actividad económica son aún mínimos". Tras esta afirmación, el banco critica los recortes de tipos de interés como vía para relanzar el crecimiento.

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"¿Llegará la recuperación a los países que ahora atraviesan una recesión antes de que ésta se extienda y afecte a los países que aún disfrutan de una demanda fuerte?", se pregunta el informe anual del Banco Internacional de Pagos (Bank for International Settlements, BIS) en sus conclusiones. Este interrogante no obtiene respuesta en ninguna de las 223 páginas del informe.A cambio, el banco critica las vías habituales con las que los Gobiernos intentan salir de la recesión por dos motivos: por ineficaces y porque imponen fuertes costes a medio plazo a cambio de una solución sólo aparente a corto.

La treintena de gobernadores de bancos centrales (incluido el Banco de España) con voto en la institución financiera internacional más antigua del mundo (el BIS cumple 61 años desde su fundación, en enero de 1930) discuten desde ayer si una rebaja en los tipos de interés puede colaborar o no a salir de la recesión.

Caída real

La principal crítica está dirigida (aunque sin mencionarlo) hacia Estados Unidos y, de forma más general, hacia el Grupo de los Siete. El informe del banco reconoce la gravedad de una recesión para algunos países avanzados, la preocupación de sus Gobiernos por salir de ella cuanto antes y la decisión de "elegir una política monetaria que favorezca el crecimiento como elección obvia".

El problema para el Banco Internacional del Pagos es que ese relajamiento de la política monetaria se ha vestido con "la premisa de que los tipos de interés reales son excesivamente altos". La recomendación de reducir los tipos reales a medio plazo fue la principal conclusión de la última reunión de los ministros de Economía del Grupo de los Siete en Washington, que respondió así a las presiones de Estados Unidos de bajarlos cuanto antes.

Y aquí empiezan las discrepancias. Los tipos de interés reales son los que quedan después de descontar a los nominales las expectativas de inflación. El informe del banco señala que para bajar esos tipos reales hay dos vías: una es reducir los tipos nominales, tal y como se está haciendo, pero otra es elevar las expectativas de inflación, y esto último tiene -según el banco- dañinas consecuencias a medio y largo plazo.

La crítica del banco a la bajada de tipos de interés no está, pues, exenta de cierta complejidad técnica. El objetivo de los Gobiernos que -como el estadounidense o el francés- quieren relanzar sus economías es animar la inversión con menores tipos de interés con la esperanza de que esa mayor demanda ayude a recuperar el crecimiento económico.

La inflación

El Banco de Pagos considera que el inconveniente de tal política de relajación monetaria es que los Gobiernos abandonan la lucha contra la inflación y, sobre todo, pierden credibilidad de cara a retomar en el futuro la bandera antiinflacionista.

¿Es eso tan grave? La respuesta del informe del banco es afirmativa, pues considera que la recuperación de la inversión -y, por tanto, de la senda de crecimiento- lleva tiempo, y que en ese tiempo son cruciales tanto las expectativas de estabilidad futuras como la credibilidad de las autoridades económicas para preservar esa estabilidad.

El informe no propone ninguna alternativa como medida de política económica que sirva para cambiar el rumbo descendente de algunos países. Es más, pone en tela de juicio que tal alternativa exista. Las críticas a la más conocida -una política fiscal expansiva, con mayor gasto público o menos impuestos a cambio de una subida del déficit- recibe una crítica más breve, pero no menos drástica, que el recorte de tipos de interés.

La solución para el Banco Internacional de Pagos es pensar en el medio plazo. "Lo que se pide", resume el informe en su última página, "es que los Gobiernos y los parlamentarios acepten la necesidad de trabajar con un horizonte temporal más amplio, a pesar de la restricción que les imponen los ciclos electorales".

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