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Yeltsin proclama l vocación europea e Rusia y se distancia del socialismo

Pilar Bonet

El líder de la Federación Rusa, Borís Yeltsin, candidato favorito en las elecciones a presidente de esta república, se distanció del socialismo como modelo político y subrayó la vocación europea de Rusia en un acto electoral cargado de promesas para todos y alusiones críticas contenidas contra el máximo dirigente soviético, Mijaí Gorbachov.

Entre viaje y viaje por provincias, Yeltsin se reunió ayer con los representantes del movimiento de masas Rusia Democrática en un cine del centro de Moscú. El acto, que estuvo marcado por un estilo de elección presidencial norteamericana, estaba concebido como el punto central de su campaña en la capital soviética.El líder ruso, que apareció en el escenario acompañado del alcalde de Moscú, Gavril Popov, y el jefe de su campaña electoral, Guenadi Burbulis, manifestó que "una sociedad sana se mide por cómo vive la gente en ella" y se negó a ponerle etiquetas a su modelo político. "La URSS", afirmó Yeltsin, "no ha tenido suerte, porque aquí precisamente pusieron en práctica el experimento marxista. Esta idea nos apartó del camino de todos los países civilizados. Como resultado, construímos una sociedad en la cual la persona sufre constantes humillaciones". "Los cupones para víveres recuerdan constantemente a los ciudadanos que son esclavos en este país".

A partir de abril y con la firma de la llamada Declaración de los Diez, el presidente Gorbachov ha renunciado a la palabra "socialismo" en la denominación de la URSS, que se llamará Unión de Repúblicas Soberanas Soviéticas, según manifestó Yeltsin.

El dirigente ruso opinó que la movilización de la sociedad ha permitido corregir el rumbo de la dirección soviética. Durante los meses de enero, febrero y marzo, ésta trató de pararse y retroceder. En abril, se produjo, a su juicio, el cambio de tendencia de Gorbachov.

Crítica a Gorbachov

La crítica a Gorbachov estuvo presente en el discurso de Yeltsin, quien no llegó a transgredir las fronteras invisibles, pero perceptibles, que le hubieran llevado a una nueva confrontación directa con el líder soviético. El presupuesto militar continúa siendo secreto, aunque Gorbachov prometió "unas cuantas veces" revelar los datos solicitados por la dirección rusa, según dijo Yeltsin.

En el polígono nuclear de Semipalatinski, en Kazajstán, no debe haber ninguna prueba nuclear más, afirmó Yeltsin, saliendo al paso de las afirmaciones de Gorbachov en su reciente viaje a esta república de Asia, donde ha admitido la posibilidad de que se realicen un par de pruebas nucleares en Semipalatinski. Yeltsin dijo ayer estar categóricamente en contra de acuerdos "a nuestra espalda" sobre la realización de pruebas en este polígono.

Medios parlamentarios rusos se muestran suspicaces ante la visita de Gorbachov a Kazajstán, que consideran un intento de "tantear" por separado a Nursultan Nazarbalev, líder de esta república y uno de los firmantes de la Declaración de los Diez, que agrupa a las nueve repúblicas deseosas de firmar el Tratado de la Unión y el Centro representado por Gorbachov.

El Tratado de la Unión, según reiteró Yeltsin, puede firmarse en el mes de junio, pero aún quedan varios puntos de fricción. El sistema impositivo, la jurisdicción sobre el petróleo, el gas y los recursos naturales, la distribución de funciones entre el Comité de Seguridad del Estado y el Ministerio de Defensa son algunas de las divergencias que se mantienen con el Centro, según Yeltsin. Este quiere llegar a un acuerdo con el ministro de Defensa, Dimitri Yazov, sobre las funciones del Ejército en territorio ruso antes de proceder a la firma del Tratado de la Unión. El dirigente ruso está dispuesto a un "nuevo descubrimiento de los países de Europa del Este", con los cuales la URSS ha interrumpido prácticamente su colaboración. Yeltsin dijo también que el presidente debe asegurar el "regreso de Rusia a Europa".

La Federación Rusa está dispuesta a asumir su porcentaje de financiación de la deuda exterior soviética, pero se niega totalmente a financiar a otros países, dijo Yeltsin. El líder ruso negó haber propuesto competir como candidato a vicepresidente en su equipo a Vadim Bakatin, el ex ministro del Interior y uno de sus contrincantes en la campana presidencial rusa.

"Contención y dominio"

"Contención" y "dominio". Éstas fueron las dos etiquetas que utilizó ayer Guennadi Burbulis, el jefe de la campaña electoral de Borís Yeltsin, para definir las características de la ofensiva por el poder refrendado en las urnas emprendida por el tozudo político llegado de los Urales.Guennadi Burbulis, representante personal de Yeltsin, pasa por ser hoy el hombre más próximo al líder ruso. Como él, Burbulis, de 46 años, viene de Sverdlovsk, donde era subdirector y profesor de filosofía de un instituto de educación. Con la perestroika, Burbulis se hizo famoso como organizador de un popular club de debate que se llamaba Tribuna de Discusión. Allí se formó buena parte de los intelectuales de SverdIovsk que luego serían diputados de la URSS (como el mismo Burbulis) y de Rusia y constituirían un grupo de apoyo de Borís Yeltsin.

Burbulis, que se ha mudado a vivir a una dacha de Ariangelskoe próxima a la de su jefe, viene de una dinastía comunista. Especializado en esta doctrina, impartía conferencias en la escuela de marxismo-leninismo, de SverdIovsk.

Su figura ha sido clave tanto como organizador de la red de comités de apoyo a Yeltsin en provincias como en la organización del Consejo Superior Asesor, que reúne a prominentes intelectuales soviéticos en torno a Yeltsin.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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