La deuda externa en la economía latinoamericana
Analiza el articulista la evolución de la deuda externa de los países latinoamericanos, señalando que la simple reducción le la misma, si no va acompañada de nuevas financiaciones, no será una panacea para los países que la soportan. La admisión de la deuda bancaria como parte del financiamiento de compra de las empresas públicas privatizadas favorece la resolución del problema.
Desde principios de los años ochenta, la política económica de muchos países en desarrollo ha girado en torno al problema de los pagos al exterior y, sobre todo, de la carga de la deuda. A pesar del avance logrado desde 1982 y algunos éxitos recientes, sigue siendo acuciante la necesidad de resolver el problema de la deuda externa. Esta inquietud se reflejó en la reciente intensificación de la estrategia ante la deuda, sobre todo porque ahora se reconoce que en algunos casos es menester reducir el exceso de endeudamiento como parte de una estrategia más amplia, encaminada a mejorar la actuación económica de los países deudores. Al propio tiempo se ha reconocido que la reducción de la deuda no, es una panacea y que el éxito de la estrategia depende también de que haya una corriente adecuada de nuevo financiamiento, un ámbito externo favorable y un sistema abierto de comercio, y, sobre todo, de que se lleven a cabo esfuerzos sustanciales por parte de los países deudores.
Plan Brady
En muchos países en desarrollo la crisis de la deuda vino aparejada con un debilitamiento considerable del crecimiento y de la inversión y a un deterioro en el comportamiento relativo de la inflación. Si bien en los países industriales descendió notablemente la tasa media de inflación en los años ochenta, bajó sólo ligeramente en los países en desarrollo sin dificultades de servicio de la deuda.
La carga excesiva de las obligaciones externas continúa dando lugar a la acumulación de cuantiosos atrasos en el servicio de la deuda. El Plan Brady marcha con parsimonia, por lo que son inciertas las perspectivas de que contribuya eficazmente al saneamiento de las finanzas de la mayoría de los países de la región. De hecho, el factor de mayor incidencia este año sobre el problema de la deuda ha sido de carácter exógeno: el aumento de los precios del petróleo. Ello puede proporcionar a México y Venezuela una holgura adicional. al alivio, relativamente modesto, que han logrado con sus convenios en el marco del Plan Brady. Por otro lado, el deterioro de los términos del intercambio que implica para los países no exportadores de petróleo puede reforzar sus argumentos para lograr una reducción más significativa de la deuda o de su servicio.
El aumento del valor de la deuda externa es el resultado neto de la incidencia de factores contrapuestos. Es probable que el principal factor de expansión del endeudamiento esté constituido por lo excesivo de su propio peso, que continúa dando lugar a serios atrasos en los pagos de la mayoría de los países a todo tipo de acreedor, pero particularmente a la banca privada. Así, la acumulación de atrasos durante 1990 podría superar los 10.000 millones de dólares.
El precio del petróleo
La CEPAL estima que el nivel de la deuda externa regional (418.000 millones de dólares a finales de 1990) registrará este año un leve aumento, en tomo al 1 %. Es probable, en consecuencia, que la relación deuda-exportaciones (tres a uno en 1990) decline marginalmente. Esta mejora se concreta en los países exportadores de hidrocarburos, cuyas ventas externas están beneficiándose de la reciente alza del precio del petróleo.
La evolución de la deuda se ha visto afectada también por los programas de privatización de empresas públicas que patrocinan varios países y que admiten el rescate de la deuda bancaria como parte del financiamiento de las operaciones de compra. La liquidación más grande mediante este mecanismo (entre 5.000 y 7.000 millones de dólares) ha tenido lugar en Argentina, al perfeccionar el Gobierno la venta de las empresas estatales de teléfonos y de aeronavegación (Las compañías españolas Iberia y Telefónica Internacional participan de manera mayoritaria en estas operaciones). Conversiones importantes de la deuda a capital podrían tener lugar también en Costa Rica, México (un caso destacado, por su importancia en cuanto a volumen , representa la venta de Teléfonos Mexicanos [Temex]. Telefónica Internacional participará mayoritariamente en esta operación) y Venezuela, estimuladas por los nuevos convenios con la banca privada, así como en Chile, uno de los países pioneros en estas iniciativas. En este sentido, las obligaciones bancarias de algunos países están disminuyendo por las recompras de pagarés de la deuda en el mercado secundario.
Finalmente, una breve referencia al último informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, informe anual de 1990) respecto a la situación de la economía latinoamericana, donde señala, respecto a la deuda, que "las reformas emprendidas en numerosos países latinoamericanos durante los años ochenta abren nuevas y mejores perspectivas para sus economías en la próxima década, pese al endeudamiento y al retroceso económico que aún sufren".
Fuga de capitales
El informe subraya que se ha reducido la deuda a corto plazo y se han reprogramado pagos, pero esos progresos "son insuficientes para reducir la deuda total". Asimismo indica que "la fuga de capitales y la falta de solvencia del sector privado se suman a la grave situación financiera de esos países, a los que el BID recomienda modificar sus regulaciones bancarias para apoyar la reducción del endeudamiento".
es gerente de Norsistemas Consultores, del grupo Unión-Fenosa. Miembro del capítulo español del Club de Roma.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.