Oliva no entiende que las figuras elijan los toros de Sepúlveda

Emilio Oliva se mostraba muy contrariado al finalizar la corrida con el juego de los toros de Sepúlveda, en lo que coincidía con su padre, el matador de toros retirado del mismo nombre, que le consolaba en la habitación del hotel: "No entiendo cómo esta divisa es una de las favoritas de las Figuras, salvo que sean masoquistas y no quieran triunfar en Madrid".El chiclanero quería dejar muy claro que él entró en el cartel en sustitución de otra Figura, Niño de la Capea, por lo que no tenía ninguna responsabilidad en haber lidiado esta corrida, y redondeaba: "A mí que me echen los toros de Escolar, por duros que sean, y con los que me gané esta actuación. Con ellos si te la juegas embisten, pero hoy ni siquiera transmitían el peligro que llevaban".

Litri, que también calificaba al encierro de deslucido, aunque no lo había visto tan peligroso, argumentaba que el mal juego de los toros ayer había sido una excepción: "Normalmente los de Sepúlveda salen buenos y permiten el lucimiento, por eso a mí me gustan". Agregaba que el único que se acercó a su nivel habitual fue el sexto, con el que presumía de que él también se acercó a su nivel.

"Le hice una faena a mi estilo", explicaba, "porque no pienso salirme de mi línea, aunque a algún sector minoritario de la plaza le disguste este toreo. La lástima fue que el toro no se entregara por el pitón derecho".

Tras recordar que con este toreo había triunfado en Las Ventas como novillero, indicaba que jamás se enfrentaría a ese sector radical, donde se llevó el toro porque hacía menos aire, "y nunca por provicación o chulería", subrayaba, antes de concluir: "Al igual que yo mantengo mi personalidad como torero me parece muy bien que ellos mantengan la suya como aficionados. En ese aspecto yo les aplaudo".

Al reelegido presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, que asiste a los toros siempre que puede, como ayer, no le gustó ni Litri ni sus compañeros, a los que disculpaba porque sus enemigos tampoco habían sido buenos: "Es el dicho clásico, no hubo toros ni toreros".

Los veterinarios

Los veterinarios no tuvieron ningún problema para ocupar su burladero en el callejón, tras hablar con el presidente, Marcelino Moronta, quien les dijo que a él le parecía muy bien que estuviesen en su sitio. "Con lo que se demuestra que lo del presidente Lamarca es personal", señalaba uno de estos profesionales, que acordaron por la mañana ocupar siempre su burladero y resistirse a abandonarlo si intentan expulsarles de nuevo.

Por otra parte, la evolución de las heridas de Pedro Castillo, cogido en el festejo del domingo, continúa siendo favorable, según informó el doctor García Padrós, que le atiende en la clínica donde se encuentra ingresado.