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Los ciudadanos soviéticos podrán empezar a salir libremente de la URSS a partir de 1993

Pilar Bonet

El Sóviet Supremo de la URSS (Parlamento) aprobó ayer la ley, que regula los desplazamientos y la emigración de los ciudadanos soviéticos al extranjero, lo que podrán hacer a partir de 1993, dando así un importante paso para armonizar la legislación soviética con los acuerdos internacionales firmados por la URSS y normalizar las relaciones comerciales y económicas con EE UU. La aprobación de la ley, presentada ante el Parlamento por primera vez en 1989, era una condición del Congreso norteamericano para ampliar las relaciones económicas y financieras con la URSS.

El Parlamento, que aprobó la ley por un total de 320 votos a favor, 37 en contra y 32 abstenciones, determinará más adelante la fecha de entrada en vigor de la ley que, según las propuestas existentes, podría ser el 1 de enero de 1993.Pese a que la ley está lejos de suponer una total libertad de movimiento de los ciudadanos soviéticos, los sectores conservadores se han opuesto encarnizadamente a la apertura de fronteras. La semana pasada, los intentos de aprobar la ley fracasaron por tres veces, la última de ellas por dos votos de diferencia en una de las dos Cámaras.

Los argumentos de los conservadores hacen hincapié en los costes materiales de la liberalización, que implica emitir pasaportes, ampliar la red de transporte y aumentar el personal consular, administrativo, aduanero y de seguridad. También hacen hincapié en la fuga de cerebros, un fenómeno que afecta a los profesionales más brillantes privados de futuro en su país.

Los cálculos sobre los ciudadanos soviéticos que saldrán de la URSS en el marco de la ley varían entre la cifra de 25 millones a 30 millones hasta 1995, cifra dada por instancias gubernamentales.

El portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, dijo ayer que Estados Unidos consideraba "un signo esperanzador- la aprobación de la ley, pero que era aún pronto para determinar si ello conduciría a la normalización de las relaciones comerciales, según informa Reuter.

Los gobiernos occidentales temen una avalancha de emigrantes pobres y hambrientos y los problemas sociales que ello conllevaría.

La aprobación de la ley tras una demora de año y medio es una señal de los deseos de la administración de Mijaíl Gorbachov de afianzar los vínculos con Occidente tras el distanciamiento ocurrido tras la dimisión de Eduard Shevardnadze como ministro de Exteriores y los sangrientos sucesos del Báltico en enero de este año. La ley establece que las solicitudes de pasaporte para estancias temporales en el extranjero deben ser examinadas en el plazo de un mes y las solicitudes de emigracíón en el plazo de tres.

Secretos estatales

Las autoridades soviéticas pueden negarse a conceder el pasaporte a los ciudadanos que tuvieran acceso a secretos estatales - concepto pendiente aún de regulación jurídica- por un plazo de cinco años. El cludadano puede impugnar esta decisión ante una comisión especial del Consejo de Ministros.

El Gobierno puede limitar temporalmente la salida de viajeros hacia un país determinado si en éste "se ha producido una situación extraordinaria", señala uno de los puntos ambiguos del texto. Otro de los puntos ambiguos es la posibilidad de ampliar el plazo de prohibición de salida al extranjero para quienes han tenido acceso a secretos de Estado "de forma individual".

Un total de 452.000 personas se marcharon definitivamente de la URSS en 1990, según datos del Ministerio del Interior de la URSS. De esta cifra casi el 60%, se dirigieron a Israel, el 31,3% a Alemania, el 2,9% a EEUU y el 5.3% a Grecia. Casi cuatro millones de soviéticos salieron de viaje al extranjero en el mismo año. Mientras, unas 200.000 personas, según la televisión rusa, se manífestaron ayer en Moscú en apoyo del alcalde moscovita, Gavril Popov, y del presidente del Parlamento ruso, Borís Yeltsin, en un acto celebrado en recuerdo de Andréi Sajarov, y contra la intervención rnilitar en Armenla, informa Efe.

Por otra parte, un lituano murió en la noche del pasado domingo al lunes por disparos de posta en el puesto fronterizo entre la república báltica y Bielorrusia, según la agencia de prensa lituana Baltfax. El incidente tuvo lugar en la reglón de Chaltchiniskai, al sur de Vilna, en el mismo sector donde el pasado sábado murió un policía bielorruso. Tres sospechosos fueron detenidos.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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