Historia olvidada

Acabamos de visitar las siete iglesias románico-porticadas que persisten en la provincia de Guadalajara. Hemos repetido este itinerario, recorrido en el año 1982, con la esperanza de que la Comunidad de Castilla-La Mancha hubiera restaurado aquellas parroquias, que presentaban entonces serios deterioros. Con gran satisfacción pudimos admirar los recuperados monumentos de Abánades, Saúca, Atienza y Pinilla de Jadraque. Sin embargo, nuestra alegría se derrumbó ante el espectáculo desolador de la iglesia de El Salvador en Carabias, del siglo XIII y declarada monumento histórico-artístico el 24 de junio de 1965. Su galería acodada dispone de 14 arcos orientados a Mediodía, cubiertos en parte por modernos muros que ya existían cuando la visitamos por primera vez. En su costado a Poniente presenta otros cuatro arcos, también cegados. Los escombros de la cubierta derrumbada, esparcidos por el suelo, acentuaban la impresión de abandono que nos produjo hace años. Ante la petición de auxilio solicitada por los vecinos de Carabias, nos pusimos en contacto con la secretaría del director de Cultura para Castilla-La Mancha. El secretario tenía amplia información acerca del estado actual de ese monumento, pero nos advirtió que, por tratarse de un bien propiedad de la Iglesia, la aportación económica no podía hacerse sin el consentimiento de ésta. Añadió también que la atribución de esos recursos para el año en curso no incluía la restauración de El Salvador. Nuestro maravilloso país está lleno de despropósitos, y no entendemos cómo la Iglesia puede olvidar que en aquellos siglos patrocinó la construcción de esas galerías, destinadas, entre otras cosas, a cobijar las reuniones de los cabeza de familia con un juez para discutir la rigurosa aplicación de los fueros otorgados a los repobladores de las tierras comprendidas entre el Duero y el Tajo y reconquistadas al mundo islámico. Datos que corroboran los prestigiosos historiadores L. García de Valdeavellano, Américo Castro y Sánchez Albornoz, entre otros.Ante este cúmulo de desaciertos, nos viene a la memoria una frase de Unamuno: "Hay que buscar la verdad y no la razón de las cosas, y la verdad se busca con humildad", pensamiento que nos obliga a pedir disculpas, ante la posibilidad de que exista un malentendido.- .