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El mundo responde a la desesperada petición de auxilio de Bangladesh

Numerosos países y organizaciones internacionales están acudiendo a la llamada de Bangladesh para que le ayuden a evitar la muerte de millones de personas amenazadas tras el ciclón que se cobró, el pasado 29 de abril, 140.000 vidas. Un C-5 de la fuerza aérea norteamericana aterrizó ayer en Dhaka transportando en su enorme panza cinco helicópteros UH-60, un camión y diverso material y equipo que utilizarán los 1.500 marines que se encuentran en camino en misión de ayuda a la población bangladeshí.

En el avión llegaron también una treintena de estadounidenses que integran el equipo médico, de controladores de vuelo y otros expertos necesarios para facilitar las tareas de salvamento. Los marines, miembros de la V Brigada Expedicionaria, que habían terminado su misión en el Golfo e iniciado la vuelta hacia Estados Unidos, tienen previsto llegar mañana al puerto de Chittagong, en el mismo corazón de la catástrofe.El calor reinante en la zona ha motivado la formación de una nueva tormenta, causada por las bajas presiones, que puede desencadenar otro ciclón de consecuencias aún más devastadoras que el anterior en la misma zona. Según el departamento de Meteorología, el ciclón azotará el sur de Bangladesh entre el miércoles y el jueves próximos.

"Lo más urgente es la reconstrucción de los diques que impedían la entrada del agua del mar", dijo a EL PAÍS Mohamad Sidiquer Rahman, consejero de la primera ministra encargado de la coordinación de la ayuda. "La rotura de los diques ha dejado a millones de personas indefensas ante el más mínimo oleaje. No queremos que la población viva de la caridad, lo que queremos es facilitarle los medios para que se ganen la vida, pero nosotros solos no podemos, necesitamos la ayuda internacional", añadió. Las tres cuartas partes de Bangladesh, que es un enorme delta, tienen una altura media inferior a los cinco metros.

Pakistán y la India han sido los primeros países en prestar sus helicópteros para cooperar en las tareas de distribución de comida, agua, medicinas y ropa para los afectados. El primer ministro iridio, Chandra Shekhar, suspendió el domingo pasado su canipaña electoral para traer un nuevo cargamento de ayuda, visitar la zona siniestrada y prometer a su homóloga Kaleda Zia la asignación o la entrega de nuevos fondos.

El Programa Mundial de Alimentación (WSP) llegó el sábado a un acuerdo con el Gobierno de Dhaka para alimentar durante tres meses a 2.326.000 personas que habitan en el área asolada por la ola de seis metros de altura que levantó vientos de 230 kilómetros por hora. La Comunidad Europea es la principal donante de este programa. La mayoría de sus países miembros también han entregado ayudas bilaterales.

Cosecha perdida

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El 90% de la cosecha de arroz de este año -alimentación básica de los bangladeshíes- se ha perdido, y el agua del mar que ha inundado el tercio sur del país ha dejado Inservibles las tierras por el efecto de la sal para, al menos, otra cosecha. La pesca, la otra fuente de recursos del área, se ha interrumpido completamente, porque el mar se llevó todos los barcos.

Según el ministro de Finanzas, Salfur Rahman, las pérdidas ocasionadas por el ciclón ascienden a 300.000 millones de pesetas. Hasta el momento, Bangladesh ha recibido una ayuda internacional de 21.800 millones, pero el Gobierno considera que, para paliar las necesidades inmediatas de comida, medicinas y reconstrucción de los diques, se necesitan 70.000 millones de pesetas, y a medio plazo, otros 70.000, que se destinarían principalmente a la reconstrucción de casas, escuelas y material de educación.

El Unicef se encuentra embarcado en una importante lucha contra la diarrea, que afecta a más de cuatro millones de personas. Aunque el Gobierno no quiere hablar de epidemia de cólera, ya ha tenido que reconocer que existen más de mil personas muertas por diarrea, y que la situación se agrava por momentos. Según esta organización de Naciones Unidas, 60.000 niños fueron barridos por las aguas.

La dramática situación de Bangladesh también ha llevado a los Gobiernos de Japón y de China a aumentar considerablemente el monto de la ayuda prevista. Tokio ha concedido un crédito por valor de 1.000 millones de pesetas y otro tanto en ayuda.

Las inclemencias del tiempo, que no dejan de azotar a Bangladesh, han colocado en situación de máxima alerta a toda la zona este del país, en la que se están produciendo numerosas inundaciones, que han causado ya la muerte a más de dos centenares de personas y dejado sin hogar a otras 50.000.

Las lluvias torrenciales continúan [a la hora de escribir esta crónica, una tormenta brutal descarga sobre la capital] y el Gobierno no da abasto para atender a tanta desgracia. La semana pasada se sucedieron al menos una docena de tornados en los alrededores de la capital, que segaron la vida de otros centenares de personas y dejaron sin hogar a miles.

[La CE aprobó ayer una ayuda de 8.000 millones de pesetas para los damnificados.]

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