_
_
_
_

Josep Pernau: "Un periodista debe ser insensible a los halagos del poder"

Josep Pernau es un hombre tímido y socarrón. Casi siempre sonríe, pero se pone serio al oír la pregunta: ¿Qué es lo que no debe hacer nunca un periodista? Se lo piensa y responde: "Un periodista debe ser insensible a los halagos del poder".

El premio Ortega y Gasset lo ha recibido por Primavera en el Este, un extenso trabajo sobre la Europa ex comunista que describe cómo se vivió a ras de suelo un cambio histórico. Para hacer más accesible al público la categoría -el desmoronamiento de un sistema- Pernau recurrió muchas veces a la anécdota:

"¿Y cómo se puede reciclar un profesor de marxismo leninismo?', pregunté en Varsovia. Recibí una respuesta original: 'Puede emplearse como croupier en el casino del hotel Marriott".

Más información
Sólo un periodista
José Luis Pérez: "La imagen es evocación"

El cronista -como se autodenomina Pernau a lo largo de la serie- incluyó también chistes que le habían contado. Al fin y al cabo, el chiste no es más que una anécdota creada por una mente imaginativa:

"El revisor descubre [en Sofía] a una mujer sin billete en un tranvía. 'Lo he tirado', se excusa ella. 'Y por qué lo has tirado si vale 0,06 levas? ¿Te crees que es como el carnet del partido comunista?".

"La anécdota llega más a la gente", argumenta Pernau. "Si cada día encontráramos las adecuadas, conectaríamos mejor". Asegura que en su columna diaria trata de incluirlas, aunque lo que define realmente esas piezas es la ironía, una agridulce socarronería que "todavía hay gente que interpreta mal a pesar de que llevo diez años escribiendo esas piezas".

No es el cuarto poder

Los ataques que últimamente recibe la prensa desde el poder mueven a Pernau a la reflexión. "Nunca he creído que la prensa sea el cuarto poder", dice. "Los periodistas tenemos cierta influencia social, pero no poder. Y es esa influencia lo que intentan limitar los que realmente tienen el poder". Asegura que no hay que perder los nervios. "Yo, la verdad, no me siento amenazado. Y de amenazas sé bastante porque tengo una carpeta llena".

Son anónimos que recibió sobre todo durante su primera etapa de director de Diario de Barcelona, de 1974 a 1977, cuando el franquismo se descomponía. "Algunas cartas simplemente contenían insultos. Pero otras hacían alusiones muy preocupantes. Una me recordaba que cuando mi hijo salía de casa para ir al colegio aún era oscuro en la calle". En aquella época, algunos diarios eran auténticos parlamentos de papel al dar cabida a opiniones que no tenían un Parlamento real donde expresarse. La prensa recibía entonces elogios de gente que ahora la critica.

Pernau empezó a escribir en diarios en 1954. "Entonces, el periodismo estaba muy poco profesionalizado. Muchos redactores tenían un puesto en el Ayuntamiento o en el Gobierno Civil", de donde recibían principalmente sus ingresos. A su generación le tocó situar el periodismo en la categoría de profesión. Ganarse la vida exclusivamente con el trabajo en los diarios era algo tan fundamental que cuando unos cuantos periodistas crearon en 1966 el Grupo Democrático establecieron este requisito como condición inexcusable para entrar en él.

Josep Pernau recibió días atrás el premio Ciudad de Barcelona y va a ser galardonado hoy con el Ortega y Gasset. "Son los dos premios más importantes que podía obtener. Uno lo interpreto como el aliento de mi entorno más inmediato. El otro es un reconocimiento más amplio. Al recibirlos pienso que ha valido la pena dedicar 37 años al periodismo". Y dándole la vuelta al dicho que asegura que lo importante en periodismo es retirarse a tiempo -acuñado por los que utilizan esa profesión para medrar en otras áreas- agrega: "Lo importante en periodismo no es retirarse a tiempo, sino continuar".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_