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Boicoteo oficial de EE UU al ministro israelí Sharon en su visita a Washington

El Gobierno israelí protestó ayer por lo que considera una ofensa de la Administración norteamericana a su ministro de la Vivienda, Ariel Sharon, quien se encuentra en Washington. A petición expresa del Departamento de Estado, la Casa Blanca prohibió a todos los miembros del Gobierno de Estados Unidos que se entrevistasen, oficialmente, con el ex ministro de Defensa, el representante más conspicuo de los halcones del Gobierno israelí.

El secretario norteamericano de la Vivienda, Jacques Kemp, recibió instrucciones para que cancelase la recepción oficial que había preparado a su homólogo israelí, Ariel Sharon. De todos modos, Kemp, el ministro más pro israelí de la Administración de Bush, se entrevistó con Sharon en la embajada de Israel en Washington.Indignado y furioso, Sharon emplazó a su primer ministro, Isaac Shamir, a protestar enérgicamente contra el insulto recibido "ya que en caso contrario, significaría que aceptamos ser tratados como una república bananera". Tras la duda inicial -Shamir no lleva precisamente a Sharon en su corazón- el primer ministro israelí presentó finalmente una protesta pública contra "la ofensa a un miembro del Gobierno de Israel".

En círculos del Gabinete israelí no se ocultaba ayer que tanto Baker como Bush "dispararon contra Sharon, pero en realidad su objetivo era Shamir". El secretario de Estado norteamericano empieza a perder la paciencia con el primer ministro israelí. En vísperas de su primera visita a Jerusalén, Sharon anunció la creación de 12.000 viviendas suplementarias en los territorios ocupados. Por si ello no fuera suficiente y coincidiendo con la segunda y tercera ronda de la misión de paz de Baker en Oriente Próximo, se crearon dos nuevos asentamientos judíos en territorio ocupado.

¿Cuál fue la reacción de Shamir? ¿Condenó la actitud y los discursos atronadores de Sharon, considerados en todo e lmundo árabe y en Washington como provocaciones? En absoluto. El jefe de Gobierno israelí sostiene que la colonización judía en territorio ocupado no tiene nada que ver con el proceso de paz. "Se trata de territorios de nuestra patria, en los que hemos construido en el pasado, en los que construimos hoy y en los que construiremos en el futuro", ha dicho Shamir. Obviamente, para Washington es más fácil atacar al fanático ministro de la Vivienda, que critica abiertamente la iniciativa de paz norteamericana, que al primer ministro Shamir, que se muestra más prudente cuando se trata del "plan de paz del presidente Bush".

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