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Muertos, rehenes y heridos hacen de la región del Cáucaso un Oriente Próximo soviético

Pilar Bonet

Treinta y cinco personas han resultado muertas, 50 han sido tomadas como rehenes y un centenar heridas en el recrudecimiento del conflicto por la región de Nagorno-Karabaj, territorio de mayoría armenia perteneciente a la República de Azerbaiyán, según informó ayer un portavoz armenio en Moscú. Este y otros conflictos han convertido la región del Cáucaso en una especie de Oriente Próximo soviético.

Cinco personas más han perecido en los últimos tiroteos entre georgianos y osetinos en la región de Osetia del Sur, perteneciente a la República de Georgia y otras ocho, en la república autónoma de Shecheno-Ingush, perteneciente a la Federación Rusa. Aquí, el altercado, que dejó 24 heridos en el pueblo de Troizkoe, se produjo entre ingushes (uno de los pueblos deportados por Stalin en el Cáucaso del Norte) y los descendientes de los cosacos rusos.En Troizkoe, fueron necesarios 400 policías para acabar con una pelea masiva con armas de fuego sucedida tres semanas después del asesinato, en el mismo pueblo, un atamán (jefe: tradicional de grupo) cosaco. A todas estas víctimas se añaden los muertos en el terremoto registrado el 29 de abril en Georgia, que, como ocurriera en Armenia en diciembre de 1988, ha aumentado la desolación en zonas que están en pleno trasiego de fugitivos. Unas 100 personas han muerto y otras 300 han resultado heridas, según datos provisionales.

A Vladikavkas (antes Orzhonikidze), capital de Osetia del Norte, han llegado más de 25.000 refugiados, según el secretario del partido comunista local, Serguei Tabolov. En Batumi, la capital de la república autónoma de Adzharia, bajo jurisdicción georgiana, el representante de la coalición de partidos Mesa Redonda-Georgia Libre, que llevó al poder al presidente Zviat Gamsajurdia, fue asesinado en una reunión para organizar la ayuda a las víctimas del terremoto. El Parlamento armenio, que se reunió ayer en sesión extraordinaria en Eriván, ha difundido un comunicado pidiendo ayuda a todos los parlamentos del mundo y culpando al poder soviético en Moscú de llevar a Armenia a la guerra. El Parlamento ha pedido que se convoque una sesión extrordinaria del Congreso de los Diputados rusos y ha responsabilizado de la violencia al presidente de la URSS, Gorbachov, al Gobierno y el ministro de Defensa. El brote de violencia entre azerbaiyanos y armenios ha tenido lugar en los pueblos de Getashen y Martunashen, localidades de mayoría armenia que están en las inmediaciones de Nagorno-Karabaj.

Fuerzas de Intervención Especial (OMON) azerbaiyanas, en colaboración con el Ejército soviético, atacaron Getashen el 30 de abril y lo han tiroteado, según manifestó ayer la emisora Radio Rossia. Una treintena de personas habrían muerto en la toma del pueblo, que tiene varios miles de habitantes, según la misma emisora, citando la trasmisión de unos radioaficionados, rápidamente interrumpida en la noche del 30 de abril. Los armenios acusan a los azerbaiyanos de haber iniciado una campaña de deportación masiva en las localidades armenias y los azerbaiyanos hablan de "liquidación de centros de terrorismo armenio" en Azerbaiyan. El Parlamento armenio ha calificado la acción de "agresión contra Armenia" y ha formado un consejo de emergencia. Desde Radio Rossia, el jefe del Gobierno de Armenia, Vazguén Manukian, pedía a Borís Yeltsín, presidente de la Federación Rusa, que se pusiera en contacto inmediato con las autoridades armenias y ayudara a resolver la situación.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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