Iniciativa sindical y parálisis gubernamental

Un año más, en este Primero de Mayo, los trabajadores de nuestro país vamos a salir a la calle para plantear de forma unitaria nuestras propuestas y reivindicaciones.CC OO y UGT hemos vuelto a demostrar que somos capaces de anteponer los problemas a las diferencias que existen y seguirán existiendo en la larga y compleja vía de la unidad, las demandas y sentimientos profundos de los trabajadores, que han conocido y comprobado las ventajas de la unidad de acción y quieren seguir en esa dirección.

Este año tiene especial importancia celebrar un 1 de Mayo unitario. El movimiento sindical, los trabajadores y los pueblos hemos vivido un año duro. Graves ataques a la paz, a la convivencia democrática, a la solidaridad, a los avances sociales, han vuelto a confirmar, por si a alguien se le había olvidado, que la agresividad de los intereses económicos, políticos y militares de las clases dominantes no ha disminuido.

En nuestro país, donde en vísperas electorales se mezclan un deterioro de las normas y usos de la convivencia democrática, con una evidente paralización de las iniciativas en materia económica y social, hemos pasado de tener un Gobierno en vía muerta, a un Gobierno bloqueado por la crisis partidaria. Y, sin embargo, los problemas están ahí y algunos plazos son cada día más perentorios.

La segunda fase de la Propuesta Sindical Prioritaria no se ha empezado a discutir, a pesar de los compromisos adquiridos en su día; incluso hemos tenido que forcejear durante meses para ir cerrando flecos de la primera fase de la negociación. Quizás lo más negativo de esta situación es que el Gobierno ni dice sí, ni dice no a abrir un nuevo periodo de concertación.

El llamado Pacto de Competitividad o de Progreso no ha pasado de meras declaraciones genéricas y los pocos que han intentado concretar, lo han hecho desde presupuestos que, a priori saben que son inasumibles al asimilar competitividad básicamente a moderación salarial.

Nosotros hemos apostado claramente por el progreso económico y social, por la modernización administrativa y de infraestructuras, por la competitividad de nuestro país. Los trabajadores y las capas populares son los primeros interesados en que España prospere, que logre una plena y positiva integración en la Comunidad Europea. Por ello, hemos pedido un debate serio, riguroso, sin apriorismos por ninguna parte, sobre los retos y exigencias sociales y económicas que impone la plena integración. No parece que nuestros interlocutores del Gobierno y de la patronal estén por esa labor.

Frente a esa voluntad sindical de mantener un debate y, en su caso, una negociación sensata y responsable, se han sucedido actitudes claramente regresivas: se nos está amenazando con una nueva regulación de la huelga, o con introducir restricciones a derechos fundamentales a través de una Ley de Seguridad Ciudadana, sin que, en cambio, veamos la misma diligencia en resolver y encauzar conflictos en el sector público, derivados de la propia intransigencia de los gestores de la Administración.

Nos interesa y nos preocupa el empleo, los salarlos, los derechos sociales, las pensiones y la sanidad, la vivienda y las condiciones de vida y trabajo en nuestro país. Estamos pendientes de los retos de la plena integración europea. Todo ello va a figurar en nuestras pancartas, intervenciones y manifiestos de este Primero de Mayo. Pero ahora le toca mover al Gobierno. Y que nadie se llame a engaño, lucharemos hasta conseguirlo.