Helmut Kohl apoya el traslado del Gobierno federal a Berlín
El canciller alemán, Helmut Kohl, decidió ayer tomar la iniciativa, tras la dura derrota del domingo pasado en su región natal, y declararse abiertamente partidario del traslado del Gobierno federal a Berlín. Kohl, cuya popularidad se encuentra bajo mínimos, presidió una reunión del grupo parlamentario de su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU), en la vieja capital prusiana, y en una conferencia de prensa posterior indicó que el traslado podría tener lugar dentro de "10 o 15 años".
El canciller federal matizó que su apoyo al tratado "no es más que una posición personal, como diputado".El tratado de unificación de los dos Estados alemanes consagraba a Berlín como capital de Alemania, pero no mencionaba la mucho más importante cuestión de dónde debía estar la sede del Gobierno. Desde entonces, la guerra entre la antigua capital del antiguo Reich y el pequeño pueblo del Rin ha ido adquiriendo intensidad y convirtiéndose para muchos alemanes en una cuestión claramente emocional. El Bundestag, el Parlamento federal, debe tomar una decisión definitiva antes de las vacaciones estivales.
Todo parece indicar que la disciplina partidaria no va a desempeñar ningún papel en esta votación. Tanto Bonn como Berlín han presentado voluminosos informes que favorecían su postura. Según los renanos, el coste del traslado podría ascender a 60.000 millones de marcos (por encima de los 3,6 billones de pesetas), mientras que para los prusianos no superaría los 10.000 millones de marcos. Encuestas secretas que circulan por Bonn indicaban recientemente que existe entre los parlamentarios una mayoría favorable a permanecer donde están. Concretamente, 250 diputados se manifestaron recientemente a favor de Bonn.
Algunos políticos se han pronunciado. El presidente Richard von Weizsäcker y el ministro de Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher, son decididamente favorables a Berlín, al igual que el todavía presidente del SPD, Hans Joachim Vogel, o el ministro del Interior, Wolfgang Schäuble (CDU), entre otros. Por la pequeña capital federal apuestan, entre otros, el futuro presidente socialdemócrata Bjórn Engholm, la presidenta del Bundestag, Rita Sussmüth (CDU), o el ministro de Trabajo, Norbert Blüm (CDU).
Recelos antiprusianos
Kohl, que esperó hasta después de las elecciones de Renania Palatinado para pronunciarse por Berlín para no aumentar las iras de sus paisanos, reconoció ayer que "cientos de miles de personas dependen de esta decisión, razón por la que hay que tener mucho respeto por cada vida personal y por ello hay que decidirlo prudentemente, con tranquilidad".
El canciller apuntó que en Bonn podrían quedarse algunos ministerios, concretamente el de Defensa.
Por lo general, pasado el momento emocional de la unificación, en la antigua RFA existe cada vez mayor rechazo al traslado de la capital a Berlín.
Muchos alemanes meridionales consideran que desde Berlín no les ha llegado nunca nada bueno. En el Rin se recuerda la ocupación prusiana, en Baviera no se desea una capital fuerte, e incluso en Sajonia el rechazo hacia la vieja capital del antiguo Reich es notable.
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