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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Reforma agraria en Extremadura

Quisiera denunciar desde aquí una de las situaciones que constituyen la realidad de esta región, evidentemente rural, por otra parte.Hace más de 25 años, el entonces Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario inició una expropiación forzosa de fincas que daría lugar a la creación de un poblado, Alvarado, y a unas parcelas de pequeña extensión que fueron adjudicadas en "concesión administrativa" para su explotación (a mi padre le correspondieron menos de ocho hectáreas) en lo que constituían los llamados regadíos del Plan Badajoz.

Desde hace años, la rentabilidad de estas pequeñas explotaciones es nula, agravada por las desfavorables condiciones en que se ha negociado la entrada del sector agrario en Europa. La infraestructura de riegos es impresentable, aunque la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) cobre 20.000 pesetas por hectárea. (Es insultante el contraste entre el lujoso edificio que posee en Badajoz y el abandono de las acequias de riego).

Llevo más de un año dirigiéndome por escrito a los responsables de la Junta de Extremadura en materia agrícola (el consejero no se ha dignado contestar), interesándome por la situación de la referida expropiación, y me encuentro con que en Alvarado los colonos pagan por parcelas de regadío que están catastradas de secano, o que se paga al Servicio de Reforma y Desarrollo Agrario (Serea) por "rústica y contribución urbana" de propiedades que ni tan siquiera están registradas a su nombre, cargas que precisamente dejan de pasar este año. Lo único que contestan es que, después de 25 años, existen dificultades en los expedientes de la expropiación y que esperan solucionar lo antes posible.

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¿Cómo se puede consentir que nuestros impuestos vayan a parar a mantener a tanto inepto? ¿Qué han hecho en todo este tiempo? Menos mal que, como dice el consejero de Agricultura, Dios aprieta, pero no ahoga.

A nuestro presidente de la Junta quisiera preguntarle: ¿dónde está esa mayor libertad para el extremeño de la que hablaba en la inauguración de la presa de la Serena? ¿Cuántos años más deberán transcurrir para que un pequeño agricultor sea dueño de esa tierra que trabaja desde hace 20 años? ¿Quién se cree que con estas estructuras podamos ser competitivos en Europa?-

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