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Baker presiona a Israel para que acepte un marco internacional estable para el proceso de paz

James Baker, secretario de Estado norteamericano, pidió ayer al primer ministro de Israel, Isaac Shamir, que acepte que las negociaciones para la paz en Oriente Próximo se desarrollen en un marco internacional permanente mientras duren y que la Comunidad Europea esté representada en esa conferencia. Las autoridades hebreas mantuvieron su reserva sobre estos planteamientos del enviado de Washington, que hoy prosigue su tercera gira regional de la posguerra del Golfo en Acqaba, Jordania, donde tratará de interesar al rey Hussein en el mismo proyecto.

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"El secretario de Estado norteamericano ha presentado varias ideas nuevas que exigen un examen en profundidad por parte de Israel", afirma Avi Pazner, consejero del primer ministro israelí, Isaac Shamir. Pazner se negó a entrar en detalles y se limitó a añadir que, durante las entrevistas mantenidas ayer en Jerusalén por Baker con Shamir, "se abordaron los principales temas relativos al proceso de paz".Este informador ha sabido de fuentes norteamericanas que las principales dificultades se refieren al tema de la Naturaleza y mandato de la conferencia regional y a la representatividad y elección de la delegación palestina.

Es sabido que Israel pide que Ia conferencia regional - en Tel Aviv se prefiere hablar de "encuentro regional"- sea inaugurada por Estados Unidos y por la Unión Soviética, y que, tras la sesión de apertura, a la que asistirían Israel, los países árabes y una delegación palestína o jordano-palestina, los representantes de Washington y Moscú se vuelvan a sus casas, dejando paso al inicio de negociaciones bilaterales y directas entre Israel y cada uno de los países árabes, por un lado, y entre Israel y los palestinos o la representación jordano-palestina, por otro.

Los árabes, y sobre todo Siria, exigen que se mantenga el marco internacional de la conferencia de paz mientras duren las conversaciones directas israelo-árabes y, además, que la conferencia se desarrolle bajo la égida de la Organización de las Naciones Unidas.

Un de las nuevas ideas de Baker sería que Israel acepte que las negociaciones se desa rrollen en su totalidad en un marco internacional, representado por EE UU, la URSS y la Europa de los Doce, aunque en el entendido de que esos países jamás podrán imponer nada a las partes directamente implicadas, es decir, ni a Israel ni a los árabes. A cambio, Baker trata de convencer a árabes y palestinos de que renuncien a los auspicios de la ONU.

Shamir aceptaría la "presencia simbólica" de la CE en la inauguración de la conferencia, junto a EE UU y la URSS, pero rechaza categóricamenteel mantenimiento del ensamblaje internacional durante las discusiones bilaterales.

Presencia de la OLP

En relación con el problema de la delegación palestina, Shamir ha advertido públicamente a Washington que, si los representantes palestinos que intervengan en las negociaciones de paz proclaman en algún momento que actúan con el acuerdo de la Organización para la Liberación de Palestina o que la representan, Israel abandonará inmediatamente la mesa de las conversaciones. Al parecer, Baker le ha prometido a Shamir que ese obstáculo puede ser superado, pero a condición de que también Israel modere sus posiciones. Shamir deberá cerrar los ojos ante la inclusión en la delegación palestina de al menos un representate de Jerusalén, que sería Faisal Huseini, y de un palestino de la diáspora.

[La OLP dio luz verde ayer a que una delegación compuesta por Faisal Huseini, Zakaria al-Agha, presidente de la Asociación de Abogados de Gaza, y Hanan Ashrawi, profesor de la Universidad Bir Zeit, se entrevisten con Baker hoy en Jerusalén, informa Reuter.]

Baker le ha señalado a Shamir que, en tanto siga prefiriendo negociar con una delegación jordano-palestina, resultará mucho más difícil evitar que los miembros de esa representación sean designados por la OLP. El secretario de Estado, indican fuentes norteamericanas, no ha podido ocultar su "estupefacción" y su "amargura" ante el hecho de que los israelíes hayan ignorado sus demandas de que no se creen nuevas colonias judías en los territorios ocupados. Antes de viajar a Jerusalén, Baker pidió a sus ayudantes que comprobaran cuáles serían las reacciones de los judíos norteamericanos ante una eventual prueba de fuerza con Israel en torno al problema de la colonización judía de los territorios ocupados.

Dirigentes judíos de EE UU han criticado públicamente al Gobierno de Shamir por haber "autorizado e incluso fomentado" el establecimiento de la nueva colonia Revava, creada la víspera de la llegada de Baker a Israel.

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