La asociación de inmigrantes denuncia 'corrupción' en el consulado marroquí

Varias decenas de inmigrantes marroquíes se manifestaron ayer ante la Embajada de su país, en la calle de Serrano de Madrid, ara denunciar la "corrupción" que afirman encontrar cuando acuden a las dependencias consulares para regularizar su situación. La concentración fue convocada por la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes marroquíes en España (ATIME). Según Cáritas, en España viven alrededor de 100.000 ciudadanos marroquíes, de los que una décima parte se encuentran en la Comunidad de Madrid, la mayoría sin permiso de trabajo ni de residencia.

La inscripción consular es un documento imprescindible para todo inmigrante que quiera obtener el permiso de trabajo o de residencia. "Según la legislación de nuestro país, tener el pasaporte de Marruecos es suficiente para conseguir la inscripción consular, pero luego te ponen todo tipo de trabas para concedértela", asegura Beyuki Abdelhamid, portavoz de ATIME-"Los funcionarios consulares te exigen muchos papeles innecesarios para seguir manteniendo sus mafías, que te facilitan los documentos si pagas lo que te piden", dice.

Una de las asociaciones denunciadas como maflosas por los manifestantes es la de los amicales (widadia en árabe). "Se trata de una organización que, en connivencia con funcionarios consulares, te facilita documentos o algún trabajo a cambio de sumas de dinero", firma Kemal Magrebí, otro portavoz de los manifestantes.

Resulta muy difícil regularizar tu situación si no pagas la cuota a los amicales" concluye.

Mafias laborales

Rachid, un marroquí que lleva en España desde 1986, afirma que recientemente estas mafias le pidieron 30.000 pesetas para conseguirle un trabajo en la construcción. Algo parecido expone Said, quien asegura haber pagado 5.000 pesetas a una agencia de contratación llamada Dallas para ir a trabajar en la recogida del espárrago en una plantación de Palencia. "Al principio nos dijeron que cobrábamos 5.000 pesetas por día, pero cuando llegamos a Palencia el jornal se quedó en 2.000 pesetas por más de nueve horas de trabajo, durmiendo en el suelo y con la tienda de comestibles más cercana a 30 kilómetros", asegura Said. "Aguanté cinco días, pero al sexto me largué, haciendo a pie los 30 kilómetros que había hasta la estación"'."Ya está bien de tratarnos como a ganado y tenernos esperando hasta cuatro horas en un garaje de la embajada cada vez que acudimos a una consulta", gritaba a través de un megáfono Amed., con 20 años de estancia en España y permiso de trabajo corno peón agrícola.

El temido "vuelva usted mañana" parece estar a la orden del día en las dependencias consulares, a juzgar por los comentarios de los manifestantes. "Cada lunes me acerco a ver si puedo obterier la inscripción consular, pero siempre me dan largas", afirma Abderramán, que ha trabajado como guia con una agencia de viajes.