Cossiga cumple su primera amenaza
Dudas sobre la disolución del Parlamento, tras la caída de Andreotti
El jefe del Estado italiano, Francesco Cossiga, lanzó días atrás dos amenazas al mundo político: si se creara un contencioso entre él y el presidente del Gobierno, ambos democristianos, "el presidente se va a la calle y yo me quedo". Su primera advertencia se ha cumplido, ya que Grulio Andreotti -forzado por los socialistas de Bettino Craxi, actualmente gran defensor de Cossiga- tuvo que dimitir el pasado viernes.
Era el sexto Gobierno que encabezaba Andreotti, y fue el más largo de su carrera, ya que duró 615 días. La segunda amenaza de Cossiga había sido la siguiente: "Que nadie se olvide de que yo puedo disolver el Parlamento, incluso contra la voluntad del mismo". Tras la dimisión forzada de Andreotti, esta posibilidad está preocupando a una serie de fuerzas políticas, desde la Democracla Cristiana al Partido Republicano pasando por el Partido Democrático de la Izquierda (PDS), de Achille Oechetto, en la oposición.En cambio, la propuesta de Cossiga no desagradaría al socialista Craxi, y algunos observadores aseguran que la crisis de Gobierno ha sido provocada para que se llegara a esa meta. En la prensa se empieza a llamar a esa alianza Craco (Craxi-Cossiga).
Al jefe del Estado le interesa acabar cuanto antes con el actual Parlamento italiano, en el que existen dos comisiones que intentan hincarle el diente: la que investiga sobre el terrorismo y la dedicada a los servicios secretos.
Esta última ya ha interrogado a Cossiga sobre el caso Gladio (la red clandestina de la OTAN), ya que, se había negado a declarar antel juez Felice Casson, encargado de esa investigación.
A Craxi, por su parte, también le interesaría la convocatoría de elecciones anticipadas, ya que quiere aprovechar la debilid id del PDS de Occhetto, aún en su proceso de refundación comunista; y porque quiere arrinconar a Andreotti, que es el candidato más fuerte hoy para suceder a Cossiga, de quien los socialistas h in llegado a decir que no habría ningún inconveniente en reelegirlo para otros siete años.
La vuelta de Craxi
El líder socialista Craxi prepara, en realidad, su vuelta a la presidencia del Gobierno italiano, ya que es demasiado pronto para que llegue a la jefatura del Estado, a la que aspira a ser designado "por elección popular". Y para ello es necesario cambiar las reglas institucionales. Sin embargo, ahora todas las posibilidades están abiertas, porque Andreotti sae muy bien que en este duelo con Cossiga y con Craxi se juega el todo por el todo, porque ya tiene más de 70 años. Y Andreotti no es alguien que venda barata su piel.Por otra parte, el problema se plantea también dentro de la Democracia Cristiana, con sus dos alas: la conservadora, de Arnaldo Forlani, otro candidato a la presidencia de la República para cuando Cossiga termine su mandato, y, la progresista, de Ciriaco de Mita, que querría entrar en este juego político y que se la tiene jurada a Andreotti y a Craxi, ya que ambos lo desplazaron de la jefatura del Gobierno.
De ahí que se trate de una de las crisis mas complejas de esta república en agonía: la pelea es de todos contra todos. Y como siempre en estos casos, los políticos hacen declaraciones en las que nadie cree. Todos afirman que debe continuar Andreotti y que no debe haber elecciones anticipadas; pero nadie sabe lo que puede pasar.
Por lo pronto, la crisis ha empezado mal porque -al parecer por peticion de Cossiga- Andreotti no permitió que se discutiera acerca de ella en el Senado donde el pasado viernes hizo el anuncio de su dimisión. Como forma de protesta, el oposito PDS dejó el Senado cuando s presentó el primer ministro dimisionario, y calificó de "juego sucio" la ausencia de debates.
Más información en páginas 6 y 7 de Domingo
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