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Lo que encubre el chador

Las mujeres del profeta Mahoma eran mujeres activas y enérgicas. Aisha, la favorita, por ejemplo, era juez, activista política y guerrera. ( ... ) Si las mujeres de Mahoma vivieran hoy en muchos países musulmanes, quizá pagarían muy cara su independencia. ( ... )En los países donde el fundamentalismo islámico resurge, la tradicional condición de inferioridad de la mujer se agudiza. (.. .) Según algunos intelectuales musulmanes, los fundamentalistas trastocan los mismos principios religiosos que dicen respetar tanto. "Este mundo de infelices cubiertas de velos no es el islam", sostiene Leila Aslaowi, juez argelina. El profeta Mahoma fue, para su época, un hombre progresista: la religión que fundó prohibió el infanticidio femenino, estableció la educación de las mujeres como un deber y reconoció su derecho a la propiedad y a la herencia.

Pero a pesar de las rígidas reglas impuestas por los intérpretes de la religión musulmana, muchas mujeres han encontrado su liberación en la fe. Para los occidentales el velo es un símbolo de opresión, pero, en muchos casos, quien lo lleva no sólo se siente libre de la tiranía de la cultura occidental, sino también de indeseables insinuaciones sexuales.

"Mientras las mujeres escondan la cabeza, pero no el cerebro, es sólo una cuestión de elección individual", afirma Leila Takha, parlamentaria egipcia de religión cristiana.

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16 de marzo

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