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POSGUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Helsinki en el Mediterráneo

Ideas italoespañolas para que la paz sea el 'precio' a pagar por la victoria sobre Irak

Juan Arias

Basta poner pie, aunque sólo sea unas horas, en los países árabes que han participado en la liberación de Kuwait -desde Arabia Saudí a Siria y Egipto- para tocar con la mano y respirar como en Kuwait, el olor acre del humo negro de los pozos de petróleo en llamas. La mayor preocupación de todos es cómo se puede organizar ahora la paz y la seguridad tras haber vencido en la guerra. El común denominador es cómo resolver el problema de Palestina. El miedo de todos esos Gobiernos es que se pueda volver a empezar, haciendo inútil el duro precio pagado por la guerra.

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La impresión general en Kuwait, Taifa, Riad, Damasco, El Cairo, y hasta en el mismo Beirut, en donde ya no se dispara, es que la oportunidad es "o ahora o nunca". Consideran necesario, sin perder un minuto, un proyecto de reorganización de la seguridad en Oriente Próximo que tenga en cuenta todos los retrasos del pasado, si se quiere que la guerra ganada contra Irak no se quede en "la madre de todas las hipocresías".El presidente de Siria, Hafez el Asad, y su ministro de Asuntos Exteriores, Faroq Shara, se lo dijeron claramente en Damasco al ministro de Exteriores italiano, Gianni de Michelis, quien ha realizado una gira de 10 días por 12 países para presentar lo que él llama el proyecto italoespañol de una Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en el Mediterráneo y Oriente Próximo (CSCM). Una nueva Helsinki en la que deberían participar todos los países implicados directa o indirectamente en aquella región, además de EE UU, la URSS y la Comunidad Europea (CE).

El fundamento jurídico y diplomático para la convocatoria de la CSCM se basa en las decisiones de la ONU. Por ello, Asad -Siria ha sido el país más reacio a la propuesta italoespañola- dijo a De Michelis que "nunca aceptará dos pesos y dos medidas". Afirmó que así como su Gobierno ha participado para que Sadam Husein aceptase las resoluciones de la ONU sobre Kuwait, igualmente deberá hacer ahora Israel sin ambigüedades.

"Nosotros hemos ido más allá de lo que nos pedía nuestro pueblo, mientras que Israel se ha quedado muy por debajo de lo que le pide el suyo", le dijo Asad a De Michelis.

El ministro italiano, en realidad no ha visto rechazado su proyecto abiertamente por ningunc, de los Gobiernos árabes visitados, aunque no todos lo hayan recibido con el mismo entusiasmo.

El propio secretario de Estado, Ja.mes Baker, a quien De Michelis precedió en Damasco y con quien se encontró en Riad, comentó con el rey Fahd la posibilidad de esa nueva Helsinki.

El vacío de la posguerra

De Michelis dijo en Damasco a EL PAÍS: "No pretendo que la CSCM sea una alternativa a la conferencia de paz ni que sea un proyecto mío, pero ante el vacío existente en la posguerra del Golfo, y puesto que la simple conferencia de paz suscita no pocos rechazos y podría no ser inminerite, Italia, junto con España, ha presentado una idea que, elaborada, completada y revisada por los demás países, puede servir como base para un proyecto".Añadió que va a enviar una carta a los representantes de los 41 países que deberían participar en la conferencia para informarles del grado de aceptación que el proyecto está teniendo en los países de Oriente Próximo por él visitados. La esperanza de De Michelis es que frente a la urgencia de "hacer algo" y de no dejar que se enfríe el efecto de la guerra para buscar una solución global a todos los problemas aún no esueltos del Mediterráneo, es preciso que en la búsqueda de soluciones nuevas participe el mayor número posible de países. Sólo así la ONU podrá convertirse en un instrumento "con peso mundial a favor de la paz y de la seguridad".

Refiriéndose a quienes pueda o gustar el proyecto, el ministro italiano dijo: "Que presenten otro, pero que nadie se tome el lujo de cruzarse de brazos, por que esta vez seríamos todos culpables ante el mundo de haber perdido una gran oportunidad de obtener la paz tras haber ganado la guerra".

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