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Tribuna:
Tribuna
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¡Que nos la levantan!

-¿Una torre a la entrada de la Ciudad Universitaria? ¡No! -¡Sí!: un prisma o cilindro de 92 metros de alto, ahí, en esa esquina, entre el arco, el tolo y la iglesia. -¿Qué SE va a levantar? ¿Así con SE, como si fuera una erupción volcánica, un eruto de las fuerzas ciegas de la Naturaleza subterránea? -Bueno, no exactamente: más bien se levantará desde arriba, empezando, como Dios manda, por el tejado, que en este caso será una terraza, ¡para que desde allí se pueda ver la Sierra! Sí, sí, hermano, no te descojones: porque el móvil esencial de la cosa es estético y sublime; luego, ya los pisos por debajo se irán rellenando de despachos y oficinas de la Nada, hasta llegar a tierra y a los sótanos consiguientes para los autos de los ejecutivos de la producción de Nada; pero el fin primero, ya lo sabes: ¡en lo alto!: estético y sublime: ver la Sierra. -¿Guadarrama dices, "la sierra de mis tardes madrileñas / que yo veía en el azul pintada"? -Hombre, sí, pero no vas a comparar: ¡imagínate que hubiera podido don Antonio Machado subir a verla desde allí, a 92 metros de altura!, ¿eh? ¿A qué no es lo mismo? -No, no. Tú ¿crees qué le pondrían un cuarto de pensión allá en el piso 34º, para que la pudiera subir a ver todas las tardes? -¡Cómo!, ¡cómo que se lo van a poner, seguro! -Ya; pero así, muerto... -Pero, ¡bueno!, y tú ¿qué te crees que es la Cultura, niño? -Venga, tú, déjame ya de leches de cultura y de terrazas: pero ¿es de verdad que SE va a levantar eso? -Verdad de la real, chavea: si te fijas al pasar a tus clasecitas por la Moncloa, ya podrás ver que están por allí escarabajeando para los fundamentos. -iJo!, pero es que no pué ser, hombre, que esto es ya too demasié. -Siempre es too demasié, despendolao: ¿es qué no lo sabes? Siempre la imbecilidad unos metros más alta. Si no, a ver de dónde el Desarrollo. -Pero y ¿no hay nada que hacer? ¿No se puede acudir a algún sitio cara intentar pararlos? ¿De quién es eso? ¿Quién promueve? ¿Será la Universidad, en sus terrenos propios? -El Ayuntamiento, criatura: es un mojón que el Ayuntamiento le va a plantar ahí a la Universidad para regalo y gala, pa que veas. -Bueno, sí, todos son El Mismo. Ya la Universidad ha venido haciendo por su cuenta todo lo que ha podido para joder la pobre ciudad universitaria: ¿te has fijao en ese amontonamiento de bloques por la parte de Arquitectura? -Y por otros bandos, y ¡cómo que me he fijado!, que ya va pareciendo talmente como Alcorcón o Fuenlabrada. Pero y ¿qué quieres?: es el Desarrollo, ¿no te enteras?, ¡el Desarrollo ad maiorem Dei gloriam! - Ya, pero esto de la erección de 92 metros en la Moncloa... Esto ya se pasa, ¿no? -Sí, es una erección algo notable; pero ¿qué quieres?: cuando las ganas de joder aprietan... -Bueno, pero vamos a ver, sin cofias: este plan ahora, cuando estábamos tan felices ya sin guerra televisiva que echarnos a los ojos, este cilindro o prisma en el morro de la Universitaria (cuando es tan fácil no escribir una tragedia en cinco actos, ¿verdá tú?), este horror ¿por qué?, ¿¿por qué?? ¿¿¿por qué??? -Ahí te pués pasar la tarde preguntando: pues porque sí, porque está mandado, porque... -Venga, dílo, que ahora vas a decir el porqué verdadero. -Pues eso, porque hay que gastar, ¡coño!, ¿no te enteras?: ¿no sabes que esa es la Ley de Economía-Política dominante?: que es vital, hombre, que hay que mover capital, que hay que seguir gastando, necessarium est expéndere et dispéndere; pero ¡atención!: despilfarrando: esto es, (A) que los gastos sean por encima de losmiles de millones, (B) que aquello en lo que se gaste no sirva para nada. Si no, no vale. -Pues sí que... Pero bueno, puestos ya en ésas: supongamos que el Ayuntamiento, por lo que sea, tiene que mover 90.000 millones de pesetas: ¿es qué no pueden gastarlo en otra cosa que haga menos daño?, ¿es qué tiene que ser precisamente plantándonos ahí delante de las narices esa chorrada monumental? -Pues a ver, ¿qué alternativas se te ocurren?, ¿qué les propondrías tú a cambio? -Hombre, pues como me des a mí a disponer de ese dinero... casi nada: mira, sin salirnos de hacerle favor a la Ciudad Universitaria: lo primero, aportar sustanciosas contribuciones para que los edificios nuevos que tengan que hacerse para escuelas o facultades o lo que sea, en vez de hacerse según el modelo del suburbio metropolitano, que se gasten el doble y los hagan de una traza y porte semejantes al menos a los primeros, a los que se hicieron cuando Alfonso XIII, que no se dé esa impresión de que, cuanto más recientes son los edificios, tienen que ser más baratos y miserables. Ya sé que eso es contra la corriente de los tiempos, pero ¿no ves qué, aún ahora, los muy adinerados, cuando quieren hacerse una casa de veras, buena y maciza "como las de antes", con sus jardines y sus patios, y sus muros y sus galerías, todavía encuentran medios para hacérsela? Pues ¿por qué no va a permitirse también la Ciudad Universitaria, mediante una ayuda del Ayuntamiento, que en ello tiene su interés común, escapar de esa ley de la miseria progresiva? Y no te digo como se me sigan ocurriendo cosas en que podría gastarse esa dinerada... Seguro que les quedaba todavía un remanente para restablecer los ferrocarriles del tranvía, funestamente levantados hace 40 años, y prolongarlos y ramificarlos por todas partes, hasta la Dehesa de la Villa, hombre, para asomarse a ver el Guadarrama, y así resolver de una vez por todas los tremebundos atascos que se forman cada día para intentar llegar a las escuelas y facultades, y ... -¡Para el carro, fantasioso! Pero ¿no diquelas?: ¿cómo iban a arreglárselas entonces, si con unos cuantos metros y tranvías solucionaran de una vez la circulación por la Universitaria, cómo iban a hacer para seguir vendiéndoles autos a los estudiantes y a los bedeles y a las hijas de María Santísima que vengan a hacer cursillos de Informática Catequística? ¡Ay, qué tío! Como si no estuviera en este mundo: ¿no ves que todos esos gastos que propones corren el peligro de ser útiles, (le servirle a alguien para algo? Y por tanto, contrarían el axioma del despilfarro que acabo de formularte: es esencial que la cosa en que se gasten los miles de millones no sirva para nada. Así que, como el artefacto de los 92 metros que el Ayuntamiento quiere plantarle a la Complutense en todo el morro cumple opíparamente ese requisito, ya verás si te lo levantan, hijo, ya verás si no ves la Sierra desde el piso 35% por encima del rumor laborioso de 34 pisos de ordenadores municipales y académicos calculando el coste de las sucesivas construcciones del Mañana. -Pero ¿tan fatal va a ser? ¿No va a haber manea de parar eso? ¿No va, a haber, entre todos los Ejecutivos municipales y universitarios, unos cuantos que les entre un ataque de lucidez y de vergüenza, y que... -Imagínate, a estas horas, la de intereses (contratas con Empresas, hasta plantillas de Puestos de Trabajo pa darles gusto a los socialistas) que se habrán formado en torno a ese plan: a ver quién es el guapo que detiene esa avalancha de tanques y les hace ahora mudar de plan de despilfarro y les estropea la Idea genial y bebélica que con tantos sudores se les ha ocurrido, ¿eh? -Hombres,pues a lo mejor, aprovechando que también el cambiar de plan de inversiones supondría su tanto de despilfarro de papeleo o de disquetes y de horas de funcionarios ... -Que nada, compi, que no te empeñes: ¿no ves que ellos no pueden hacer nada? No pueden hacer nada más que lo que ya está hecho. -¡No pué ser!, no puede ser tan perfecta esta máquina de producción de horrores. -Bueno. -Tú, por si acaso, anda, haz que publiquen por ahí este clamor de duelo y de protesta de los desterrados hijos de Eva, al menos que se entere el público y... -Bueno, bueno. Pues hecho. Pa lo que va a servir...

Agustín García Calvo, es catedrático y escritor.

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