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Los conservadores soviéticos moderan su furia contra las exigencias de Yeltsin

Pilar Bonet

Los parlamentarios conservadores soviéticos moderaron ayer la furia que les ha causado la última intervención pública de Borís Yeltsin, el líder de la Federación Rusa, temerosos de que una nueva condena se transforme en otro triunfo publicitario en manos del gran rival de Mijaíl Gorbachov.

El Sóviet Supremo de la URSS se contentó con escuchar y comentar -sin documentos de excomunión- la cinta magnetofónica de la intervención de Borís Yeltsin el pasado sábado en la Casa de los Cineastas de Moscú. La audición de la cinta, un acontecimiento sin precedentes, fue aprobada en votación por 216 votos a favor y 123 en contra.La intervención de Yeltsin fue repartida, además, por escrito entre los diputados del Parlamento soviético. Borís Lazalev, vicepresidente del Comité de Vigilancia Constitucional, tranquilizó al hemiciclo asegurándole que las amenazas de Borís Yeltsin de entablar procesos judiciales contra los dirigentes regionales del PCUS que a la vez presiden sóviets locales son anticonstitucionales. En la Casa de los Cineastas, Borís Yeltsin dijo que pensaba iniciar estos procesos judiciales a partir del día 16 de marzo. Varias de las afirmaciones que Yeltsin realizó en un durísimo tono son hoy el centro de la atención política, y en parte han sido inesperadas, por los propios colaboradores del presidente. del Parlamento ruso.

Yeltsin manifestó su intención de tener un representante plenipotenciario en provincias y en cada sóviet. "Ya hay una lista", afirmó el líder ruso, que difícilmente va a poder realizar sus intenciones de dudosa constitucionalidad al margen del Parlamento, según afirman medios de la Federación Rusa.

El intento de Yeltsin de crear un partido político sobre la base de Rusia Democrática no concuerda con las concepciones de Yuri Afanásiev, otro de los líderes del movimiento. "Tendremos que polemizar públicamente con las intervenciones de Yeltsin y Popov", dijo ayer Afanásiév.

Por otra parte, la huelga de mineros del carbón, que ya lleva una semana, abarcaba ayer a 400.000 personas y se había extendido a todas las regiones carboníferas de la URSS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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