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Persiste el misterio sobre el sida, según el investigador Luc Montagnier, descubridor del virus

Luc Montagnier, jefe de la unidad de oncología viral del Instituto Pasteur y descubridor del virus del sida (VIH), afirmó ayer en Madrid que "persiste el misterio" sobre si el norteamericano Robert Gallo aisló antes que él ese microorganismo. Las sombras, a los 10 años de diagnosticarse los primeros casos de sida, abarcan todo lo relacionado con la enfermedad: se desconoce cómo actúa el virus, qué ocurre los años que puede permanecer latente en el organismo, qué fármacos son eficaces y con qué cepas se ha de elaborar la vacuna, según se ha puesto de manifiesto en el I Congreso Nacional sobre el sida. Este encuentro se clausura hoy en Madrid.

Siete años de investigaciones, un acuerdo firmado entre los gobiernos de Francia y Estados Unidos, y varios pactos de caballeros acordados en varias ocasiones entre los equipos de Gallo y Montagnier no han servido para acallar el rumor de que sólo uno de ellos los investigadores serios apuestan por el franceses el descubridor del VIH. El hallazgo puede suponer, además de los intereses económicos que hay en juego, el premio Nobel.Las dudas han surgido de nuevo tras la publicación la semana pasada en la revista Nature de un artículo de Robert Gallo y Jean Claude Cherman, ex-colaborador de Montagnier, en el que se recoge que los dos laboratorios intercambiaron muestras del virus en 1983 y 1984 y sugieren que éstas se mezclaron sin querer o queriendo. Montagnier, que hasta ahora había rechazado la posibilidad de que fuera el virus de Gallo el que contaminara sus muestras, manifestó ayer que Nature no le avisó de la publicación de ese artículo ni de su contenido. "La situación es bastante complicada. Es difícil saber cual es el virus que causó la contaminación, si el nuestro o el de Gallo. El misterio es completo pero hay que recordar que Gallo está sometido en Estados Unidos a una investigación", dice Montagnier. Este investigador afirmó al conocer el artículo de Nature que va a analizar los virus almacenados entre julio y diciembre de 1983. Gallo, por su parte, ha afirmado que no ha encontrado entre sus muestras la que podría ser la original.

Desesperados

Montagnier, que moderó ayer una mesa redonda sobre los tratamientos de sida con el antiviral DDI, inició su intervención diciendo a sus colegas: "desconocemos que ocurre en el largo periodo de latencia que hay entre la infección del virus y el desarrollo de la enfermedad". Ese planteamiento ha sido una constante en las intervenciones de los científicos que participan en el primer encuentro nacional: "hipótesis", "probablemente" y "parece", han sido las palabras utilizadas con mayor asiduidad por los investigadores. José María Gatell, del clínico de Barcelona, cerró el acto en tono dramático: "necesitamos de forma desesperada información sobre la eficacia real de los fármacos".Preguntado posteriormente sobre la espectativas de productos como el interferón, Montagnier se mantuvo en la misma tónica. "Se ha demostrado que el VIH es sensible al interferón in vitro, y se ha utilizado junto con el AZT en animales, pero queda por demostrar si lo que es cierto en animales, lo es también para el hombre", dijo.

El investigador francés afirmó que, de momento, se ignora porque algunas cepas del virus son resistentes tanto al AZT -único fármaco autorizado para el sida- como al DDI, en fase de ensayo clínico, Con respecto a la vacuna, Montagnier puntualizó que la que está desarrollando el Instituto Pasteur se basa en la cepa identificada por Gallo y él en 1983-84. "Si el número de cepas fuese infinito habría pocas esperanzas de tener una cacuna, pero creemos que hay un número limitado de cepas dominantes y se podría, entonces, hacer una vacuna útil también para África". Tras esto, se expresó por primera vez con certeza y dijo, en relación a la financiación de una vacuna para los países subdesarrollados, "las naciones ricas tienen que hacer un esfuerzo para ayudar a los países pobres".

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