Reacción positiva al 'informe de la verdad'

La presentación del informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación y el discurso del presidente Patricio Aylwin tuvo en Chile una acogida muy positiva en la casi totalidad de las fuerzas políticas. Un escalofrío recorrió el país en la noche del lunes, cuando Aylwin se e quebro la voz en su discurso al pedir perdón a las familias de las víctimas en su calidad de presidente y en representación de la nación entera. Al borde de las lágrimas, Aylwin consiguió a duras penas no perder el hilo de su discurso, que leyó sin apartarse ni una palabra del texto preparado. La reacción al discurso fue muy favorable desde la derecha a la izquierda del espectro político chileno.El presidente de la Unión Demócrata Independiente (UDI) (grupo de derecha pinochetista), Julio Dittborn, calificó de "equilibrado y medido" el discurso de Aylwin y consideró que favorecerá la pacificación, porque "supo enfatizar muy bien el tema del futuro y no lo utilizó para abrir heridas del pasado".

El presidente de Renovación Nacional (partido de derecha), Andrés Allamand, consideró que el discurso "marca un hito en la historia política de Chile" y destacó que el informe reconoce la responsabilidad colectiva en la caída de la democracia y que "las violaciones a los derechos humanos fueron cometidas no sólo por los agentes del Estado, sino que también existió terrorismo político".

El presidente del Partido Socialista, Jorge Arrate, alabó la altura moral, grandeza y generosidad de Aylwin. "No siempre es fácil combinar, como él lo hace", dijo, "este gran sentido de la responsabilidad por el futuro del país con el compromiso con la verdad y con la justicia".

La opinión comunista

También fue positiva la reacción del secretario general del Partido Comunista, Volodia Teitelboim, quien destacó el hecho de que 27 miembros del comité central de su partido fueron asesinados durante los 16 años y medio de régimen militar. Teitelboim manifestó que al esclarecimiento de lo ocurrido debe ir unida la acción de la justicia.Algunos familiares de las víctimas participaron en manifestaciones aisladas y que transcurrieron sin incidentes graves. Tan sólo unos centenares de personas que se reunieron en algunas calles del centro de Santiago obligaron a intervenir a los carabineros para restablecer el tráfico. La fuerza policial recurrió a sus métodos habituales: rociar con agua del guanaco (coche cisterna) a los manifestantes.

La incógnita que flotaba en el ambiente en Chile, 12 horas después del mensaje presidencial, es cuál será la reacción de los militares.