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Solchaga anuncia un cambio "gradual" en la política económica para reactivar la inversión y el empleo

"Hasta ahora nos hemos preocupado de reducir los desequilibrios de la economía española; a partir de ahora podemos empezar a preocuparnos de la producción, la inversión y el empleo". El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, argumentó así su idea de que éste va a ser un año de transición en la política económica, en el que "debemos seguir vigilantes" y adoptar medidas de forma gradual. A ello ayudará que los efectos de la crisis del Golfo sobre la inflación y el déficit por cuenta corriente no serán tan negativos como lo previsto en un principio, lo que se presenta como antesala de una bajada de los tipos de interés. Solchaga se mostró, por otra parte, partidario de las fusiones entre los grandes bancos.

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, tras cerca de cuatro horas de comparecencia ante la comisión mixta parlamentaria sobre la CE, anunció ayer un cambio "gradual" en la política económica. Si la preocupación hasta ahora era reducir la inflación y el déficit exterior, a partir de ahora se pensará en un relanzamiento de la producción, la inversión y el empleo aunque "sin movimientos pendulares". Esta es, por otra parte, la tendencia en los países del área occidental, según argumentó el ministro.Solchaga señaló que la inflación puede volver a reducirse tras el sobresalto de enero. A ello contribuirá que el impacto de los precios del petróleo sobre la inflación será a lo largo de este año menor del estimado. La previsión para 1991 era de un 5% de inflación al finalizar el año con un precio medio del barril de petróleo de 26 dólares. Sin embargo, si la guerra termina pronto, el ministro citó estimaciones de los expertos que apuntan a una estabilización entre 15 y 20 dólares el precio del barril para este año.

Ello tendrá, además, un efecto beneficioso sobre el déficit por cuenta corriente que se ha reducido ya en los últimos meses. Según el ministro, el turismo puede volver a recuperar posiciones ya que la inestabilidad en el Golfo desviará visitantes desde este área hacia España y Portugal.

Por estos dos factores, Solchaga dio ayer por casi superada una etapa de restricción económica -"gran parte de la corrección de los desequilibrios ya se ha llevado a cabo"-, aunque todavía con cautelas porque "hay que seguir vigilantes" durante un año calificado de "transición". Este cambio de actitud estará respaldado, según el ministro, porque desde la inhibición de las empresas a la hora de tomar decisiones de inversión, motivada por la crisis del golfo, se puede pasar a una etapa de relanzamiento una vez superada la crisis.

Bajada de tipos

Todo ello se presenta como el aperitivo que dará paso a un relajamiento de la política monetaria y el consiguiente descenso de los tipos de interés. Sin embargo, Solchaga no precisó el cuándo de una medida tan anunciada como "aconsejada" por los mercados financieros, aunque reiteró el compromiso del Gobierno al respecto cuando la inflación esté controlada.

El segundo mensaje lanzado ayer por el ministro en el Congreso tiene relación con el motivo de su comparecencia, es decir, la libertad de movimientos de capitales en la CE y el mercado único europeo. Solchaga desenterró la idea de las fusiones bancarias como vía para hacer más competitivo el sector financiero español frente a estos dos acontecimientos. "Sigo creyendo que el proceso de fusiones tiene sentido y debería continuar en el futuro", afirmó Solchaga.

La razón es, para los grandes bancos, que en su mayoría "tienen un tamaño inadecuado para hacer frente a la competencia con las instituciones de sus mismas características pero de dimensión mayor en los principales países europeos". Además, añadió el ministro, a pesar de que "son solventes, sus costes de explotación son muy elevados". Por ello, en cuanto se ha abierto la competencia con la aparición de las supercuentas los beneficlos han caído mucho, "mucho más de lo que aparece en los balances si se descuentan los atípicos".

"Es difícil saber si esto, en su conjunto, ha beneficiado o ha perjudicado al sistema bancario, lo que no cabe la menor duda es que ha beneficiado al ahorrador español" explicó. Por ello, "desde un punto de vista macroeconómico uno no puede sino felicitarse de que el aumento de la competencía haya llevado a una reduccion de los márgenes de beneficios de los que antes no competían y a una transferencia de bienestar de quienes eran sus clientes".

Ello es positivo, además, porque "el impacto que va a producir a partir de 1993 la total libertad de prestación de servicios financieros va a ser mucho menor que el que podíamos imaginar hace un año".

El mismo análisis fue aplicado por el ministro a las cajas de ahorros pero con un tinte rmis preocupante. En las cajas, señaló, "ha habido fusiones pero es evidente que siguen teniendo problemas en lo que se refiere a un nivel muy elevaldo de gastos de explotacion y unos costes de transformación excesivos"; problemas que se han visto agravados por la aparición de las supercuentas.

Solchaga hizo, a lo largo de su discurso, una defensa de la política de liberalización del sector financiero y de las reglas del mercado. Ello, que desde algunos sectores se ha criticado como "una derechización en las filas socialistas" no mereció respuesta por parte del ministro ya que "otros compañeros del partido me la han evitado".

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