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GUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Major exige a Irak una aceptación previa de todas las resoluciones de la ONU

El Gobierno británico decidió ayer que el anuncio de retirada de Kuwait realizado por el presidente Sadam Husein no es suficiente para poner fin a la guerra y reclamó su rendición. Londres quiere oír al líder iraquí decir que acepta todas las resoluciones de la ONU provocadas por su invasión de Kuwait, y quiere ver cómo las tropas invasoras dejan tras de sí armas y bagajes en todo lo que constituye el campo de operaciones que excede los límites fronterizos de Kuwait para incluir la parte del sur de Irak donde está destacada la Guardia Republicana.Los mensajes transmitidos por Radio Bagdad no han cambiado sustancialmente la situación, a Ojos de Londres, que sigue manteniendo una completa identidad de criterios con Washington.

El anuncio en la noche de lunes y la alocución presidencial de ayer sólo provocaron intensas consultas entre ambas capitales, que están decididas a mantener la presión sobre Sadam Husein hasta lograr su neutralización. No se le va a permitir salvar la cara y se le quiere someter a una humillación incuestionable que le imposibilite seguir hablando de victoria, como aún sigue haciendo, y eventualmente, provoque su caída.

El primer ministro John Major manifestó en la Cámara de los Comunes que Sadam Husein sigue sin dar señales de el que acepta el contenido de las 12 resoluciones de la ONU y que sigue insistiendo en que Kuwait, es parte de Irak, por lo que resulta imposible ordenar un alto el fuego.

La coartada

La coartada para mantener la exigencia del desarme total es que no se puede permitir a Sadam Husein, que ha mostrado de sobra lo poco que vale su palabra, replegar sus fuerzas y poner en peligro la integridad de las tropas británicas, "cuya seguridad es la primera de nuestras preocupaciones", en palabras de Major, que señaló que "todas las fuerzas que ocupan Kuwait y las que las apoyan deben abandonar sus armas". En Londres se recuerda el engaño de Jafyi, cuando los iraquíes entraron en la ciudad fronteriza con los cañones vueltos para atrás, en señal de rendición, e inmediatamente comenzaron a abrir fuego sobre los desprevenidos soldados coligados.

Al Gobierno británico no le cuadra la idea de que Sadam Husein, de reconocidas ansias expansionistas, sobreviva la presente crisis y, además, lo haga conservando buena parte de su arsenal, en particular la Guardia Republicana. Londres hace una distinción entre retirada (desordenada) y repliegue (ordenado) y señala que el repliegue implica conservar fuerzas con el propósito de emplearlas en una futura ocasión, algo que no se va a permitir a Sadam Husein. De ahí la insistencia en su rendición y en el abandono del equipo militar pesado.

Major dijo también que el discurso de Sadam contenía amenazas implícitas y, aseguró: "Tenemos la obligación de acabar con su amenaza".

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