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El médico Pere Enguix será juzgado hoy, 11 años después de practicar tres abortos

El médico Pere Enguix, de 42 años, se sentará hoy en el banquillo en Valencia, 11 años después. de haber practicado tres abortos, según el fiscal. Enguix, que ha estado encarcelado en dos ocasiones por esta causa, está convencido de que será condenado. El fiscal solicita para él 15 años de prisión. Junto a Enguix se sentarán las tres mujeres que presuntamente abortaron y un ayudante del ginecólogo.

Enguix aportó al juez más de 3.000 fichas de mujeres que habían abortado. Algunas acudieron al juzgado a autoinculparse, pero el instructor no tomó medida alguna contra ellas. Enguix declaró ayer a este periódico que, 11 años después, volvería "a hacer lo mismo". La clínica Acuario de Valencia, creada bajo su coordinación, ha pasado, en este intervalo de tiempo, de la clandestinidad al reconocimiento administrativo como centro oficial para la práctica de abortos.Enguix inició la práctica privada de la profesión y pronto empezó a atender solicitudes de interrupción del embarazo, que trató de forma asistencial, pero no ejecutó quirúrgicamente. "Conectamos con médicos franceses que atendían a las mujeres en el país vecino, hasta que, a partir de 1979, empezaron a viajar periódicamente a España para practicar los abortos", afirma el ginecólogo.

Años más tarde, Pere Enguix asume la práctica de abortos en su clínica valenciana, consciente de "responder a una demanda social". Más de 3.000 mujeres pasaron por su consulta y encontraron en este médico valenciano la asistencia sanitaria que la Administración les negaba de forma oficial. Muchas de ellas, además, descubrieron en su clínica una nueva forma de traer niños al mundo: el parto bajo el agua, que garantiza el contacto ininterrumpido entre el niño y la madre y alivia el trauma del acontecimiento a sus protagonistas.

"Falta de esperanza"

Pere Enguix afirma que si hubiera que definir genéricamente la actitud que conduce a una mujer al aborto, este estado podría denominarse de "falta de esperanza". Respecto a la reciente sentencía del Tribunal Supremo, que ha asumido el "estado de necesidad" como un nuevo supuesto legal del aborto, Enguix se muestra escéptico. "Es una simple apostilla", subraya el médico, que cuestiona: "¿Qué inspector de Hacienda, oficina bancaria o departamento de la Administración asumirá la calificación positiva o negativa del estado de neces'dad de una mujer?".Partidario de "una ley de plazos con garantías sanitarias", el ginecólogo valenciano se siente condenado de antemano por los años de líbertad provisional que le ha tocado vivir y por su escasa esperanza de una sentencia favorable.

A lo largo de la tramitación del sumario que le inculpa, el defensor de Enguix ha tratado, sin éxito, de que se reconociera la retroactividad de la ley despenalízadora del aborto. Esta ley fue aprobada con posterioridad a los hechos por los que será juzgado Enguix. En medio de comunicaciones de solidaridad de juristas progresistas y grupos feministas, el ginecólogo asegura sentirse inocente ante la justicia, "pero responsable de abrir el poder médico a los intereses de las mujeres y al bienestar de les ciudadanos".

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