La sombra de la guerra planea sobre Arco 91
214 galerías participan en la 10ª edición de la feria que se inaugura esta tarde
Galeristas, artistas, directores de museos y coleccionistas se muestran cautamente esperanzados ante la décima edición de la Feria de Arte, Arco, que se inaugura oficialmente esta tarde en Madrid. A partir de mañana estará abierta al público y hasta el próximo martes, de 12.00 a 21.00. Arco es la primera de las grandes ferias mundiales que se celebran tras el desencadenamiento de la guerra, lo que está provocando una crisis en el mercado. Aunque la organización ha confirmado la participación de 214 galerías -por diversos motivos han renunciado a última hora Leo Castelli y David McKee, de Nueva York; dos galerías austríacas, una canadiense y una inglesa-, es difícil que se mantenga el éxito de Arco 90.
Carles Taché, galerista y miembro del comité organizador de esta décima edición de Arco, considera que "éste es un mal momento y, no se sabe lo que puede pasar". "Es probable que no acudan muchos compradores extranjeros, especialmente americanos, pero también es cierto que Madrid ofrece muchos alicientes y brinda un apoyo que no hay en otros lugares"."Arco es una feria muy selectiva, y éste ha sido el año más riguroso en cuanto a la categoría profesional de los participantes, coincidiendo con un gran aumento de las solicitudes para participar", comenta Tomás March, miembro del comité organizador. "Sería ingenuo pensar en situarnos al mismo nivel que el pasado año, pero se tiene la esperanza de una cierta recuperación respecto a las ferias de Colonia y Los Ángeles".
"Este momento de expectación ayudará a estabilizar el mercado del arte. En vez de hablar de una crisis convendría más considerarla como una toma de tierra. La situación que nos había precedido años atrás era irreal: los precios estaban inflados, el mercado mundial absorbía cualquier cosa, no ha sido selectivo, y en la confusión se ha vendido de todo". Estas palabras del galerista Carles Taché, de Barcelona, pueden tomarse como baremo de una opinión generalizada en el mundo del arte, que está sintiendo la recesión como el resto de los sectores, pero que ya había dado síntomas de cierto frenazo a finales de la temporada 1989-1990 en respuesta al boom que se había generado en torno al arte en los últimos años.
"Los especuladores, inversionistas ávidos de rápidos beneficios que han visto en el arte una mercancía que permitía ganancias sustanciosas, han sido los causantes de esa subida de precios desmesurada", según Roberto Sáenz de Gorbea, de la galería Windsor Kalturgintza, de Bilbao.
Optimismo
De aquí que todos los galeristas coincidan en su optirnísmo al ver frenado ese desrriesurado afán de compra y que así los coleccionistas y compradores en general que habían realizado operaciones sorprendentes a precios irreales se vuelvan más críticos y selectivos.Xavier Fiol, de Palma de Mallorca, se expresa en términos esperanzados: "En rriomentos difíciles se forjan estructuras más sólidas, cuyas consecuencias se verán de aquí a dos años. Éste va a ser un duro golpe para los especuladores. Puede ser interesante para que se replantee un comercio más directo con las galerías ¡que realizan un esfuerzo continuado apoyando el trabajo de los artistas y manteniendo los precicI
Para Fernando Yllana, director de la galería Término, de Vitoria, "el arte y el artista serio saldrán beneficiados porque muchos que no eran tales creadores se van a desmarcar a la vista de los acontecimientos desfavorables, y además también desaparecerá esa ansiedad por alcanzar el éxito rápido que a muchos artistas jóvenes les ha hecho precipitarse".
Respecto a las posturas adoptadas por parte de los compradores y cuáles han sido los más afectados, las opiniones son contradictorias. El director de la galería Bretón, de Valencia, cree que "el coleccionista español que no gasta mucho y compra directamente a las galerías no se ha resentido demasiado; sin embargo, la gente que compra por invertir y es ajena al mundo del arte está más alarmada".
Otros son de la opinión de que han sido las grandes inversoras, las financieras que manejan mayores cantidades, las que se han retraído, inclinando hacia la baja las estimaciones de salida en las subastas. No obstante, los coleccionistas amantes del arte no han enfriado su pasión. Uno de ellos, Juan Antonio Puertas, buen conocedor del arte español contemporáneo, comenta: "Pienso seguir a la búsqueda de las piezas que me interesan para enriquecer mi colección, y como siempre, las compraré a los precios que me parezcan justos. Es un poco lamentable que en estos años pasados se haya sobrevalorado la obra de artistas muy jóvenes Pero las obras especiales, significativas en la trayectoria de cualquier pintor, esas lezas nunca pierden valor".
La vulnerabilidad que mues tran los mercados a mucho factores psicológicos dificulta en el sector del arte la previsión de acontecimientos. Lo que parece mantenerse incólume es el espíritu de riesgo del que algunos profesionales amantes del arte y creadores han hecho cosa propia. "Es imposible que Arco se sustraiga a la situación de la economía mundial, aunque no ha habido grandes cambios en el mundo del arte, que seguirá su ritmo habitual". Con estas palabras de la directora de la galería Joan Prats, de Barcelona, se resume la opinión generalizada de los galeristas españoles.
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