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Crítica:CINE: 'REJAS DE CRISTAL'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La cárcel caliente

Mery para siempre -absurdamente rebautizada como Rejas de cristal- ha sido uno de los grandes éxitos comerciales del cine italiano reciente y cuenta ya con una secuela, Ragazzi fuori.La cuarta película de Marco Risi (hijo de Dino y sobrino de Nelo) se basa en una novela de Aureli o Grimaldi, donde el autor narra algunas de sus experiencias como profesor de educación general básica en la prisión para menores de Rosaspina (Palermo).

Rissi nos presenta a sus personajes poco antes de que les detengan y sean trasladados a prisión, con secuencias breves y concisas, a veces rayanas en la viñeta -como el arresto del novio tras la boda-, rodadas en la zona de expansión Norte, uno de los barrios más conflictivos y miserables de la capital sicillana. Tanto en la calle como en la cárcel, la. cámara se esfuerza por captar las situaciones desde el punto de vista de los protagonistas, tratando de asomarse a su mundo con la misma curiosidad respetuosa y nada paternalista con que más tarde les observa su profesor, el recién llegado Marco Terzi (excelente Michele Placido).

Rejas de cristal (Mery per sempre)

Dirección: Marco Risi. Guión: Sandro Petraglla y Stefano Rulli. Fotografia: Mauro Marchetti. Música: Giancarlo Bigazzi. Producción: Claudio Bonivento para Número Uno Intemational.Italia, 1989. Intérpretes: Michele Placido, Claudio, Amendola. Cines en Madrid: Madrid y Rosales. (V.O.).

El proceso de aprendizaje, al que se ven sometidos paralelamente el maestro y sus alumnos, constituye el eje central de una película que, en términos generales, sale bastante airosa de un género tan resbaladizo y erizado de clichés como el cine carcelario.

Risi es un excelente director de actores -en su mayoría no profesionales, y muchos de ellos intérpretes de sí mismos-, que sabe dotar a sus imágenes de una violencia exacerbada, sin necesidad de recurrir a golpes de efecto, y a veces no duda en recuperar viejas estrategias del cine político italiano para transmitir sus ideas con la máxima claridad y contundencia.

Durante buena parte de su metraje, Rejas de cristal hace honor a su reputación como el título más destacado de una nueva corriente, asumida por algunos jóvenes cineastas italianos, que ya ha sido etiquetada, sin duda con excesiva precipitación, como "nuevo neorrealismo". Lástima que en el último tercio del filme los guionistas se empenen en hacerse visibles y hagan bascular la película hacia la sensiblería, el didactismo excesivo o las fórmulas estereotipadas.

Aun con todas sus debilidades, el resultado final inspira la mayor de las simpatías y confirma la capacidad de su autor para hacer un cine de denuncia popular, duro y eficaz.

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