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Pájaros y falsas sirenas

"Las aves embadurnadas de petróleo mueren en menos de 24 horas", explica Carlos Martín Novella. "No sólo se intoxican, sino que el petróleo produce una amalgama en el sistema digestivo que impide la asimilación de alimentos", continúa. "Además, la capa de crudo sobre su cuerpo dificulta el vuelo, impide la transpiración y produce graves problemas metabólicos en el animal. Las glándulas responsables de los productos impermeabilizantes de las aves se bloquean y las especies buceadoras no pueden pescar. Pero no sólo se verán afectadas las aves que viven en la costa. Hay especies de pájaros que viven en el mar y carecerán de alimento, ya que dependen de los bancos de peces que a su vez habrán desaparecido por la destrucción del plancton".De la misma opinión es Valentín Buencuerpo, especialista en biología marina de la Universidad Corriplutense de Madrid. "Los peces que viven cerca de la-superficie sufren los efectos inmediatamente porque tragan agua para comer y respirar, el petróleo se pega a las branquias y perecen por asfixia", señala. "Las especies de grandes nadadores, si detectan la contaminación podrían salir de la zona, pero los más sedentarios desaparecerán".

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También afectará la marea negra a los arrecifes de coral, abundantes en la zona por las condiciones de, agua cálida y bien iluminada del área, y a los criaderos de perlas y mariscos.

En la anterior catástrofe ecológica, en 1983, durante la guerra Irán-Irak, murió gran número de dugongos, las míticas sirenas de la antigüedad. Se cree que quedan 7.000 individuos, que viven en la zona hacia donde se dirige la mancha de petróleo. Del orden Sirenia, son mamíferos vegetarianos que pueden vivir 70 años, miden tres metros de largo y pesan 600 kilogramos (tres veces lo que la cabeza convencional de un misil Scud). Su salvación se presenta difícil, informa Reuter. Uno de sus santuarios está muy cerca de una base aérea secreta y su rescate individual produciría gran mortalidad, dada su sensibilidad.

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