La Cruz Roja denuncia riesgo de epidemias en Irak a causa de los bombardeos
La Cruz Roja Internacional (CRI) prepara en Jordania e Irán equipos de emergencia para enviar a Irak, donde existe un grave peligro de epidemias contraídas por el consumo de agua contaminada como consecuencia de los bombardeos constantes desde hace 13 días, según fuentes de organizaciones humanitarias. "Una delegación de cuatro miembros de la CRI recaba en estos momentos en Ammán información sobre las necesidades sanitarias específicas de Irak, con el fin de viajar hacia aquel país en el momento en que llegue la autorización del Gobierno iraquí", explica Philipe Lazarini, representante de la Cruz Roja en Jordania.
Ya está listo para volar hacia Bagdad un avión de la Cruz Roja con 30 toneladas de medicinas, pero previamente necesita garantías de que podrá sobrevolar sin riesgo el espacio aéreo iraquí, muy congestionado por aviones militares. Camiones con alimentos y leche para niños han sido también enviados al territorio iraquí próximo a Jordania, donde se concentran miles de personas que intentan cruzar la frontera.El mayor peligro para los cuatro millones y medio de habitantes de Bagdad es la propagación de epidemias, como el cólera y el tifus, que fácilmente pueden aparecer por la casi absoluta falta de agua, informan fuentes médicas.
Las mismas fuentes añadieron que algunos de los refugiados que han ingresado en Jordania en los últimos días ya han tenido que ser tratados de diarreas, aunque las instituciones internacionales prefieren ser cautas a la hora de juzgar los síntomas que hasta el momento se han observado entre los refugiados.
Un niño jordano murió el pasado fin de semana en la frontera entre Irak y Jordania mientras su familia esperaba permiso de las autoridades iraquíes para poder cruzar hacia el territorio jordano.
Falta de medicinas
Viajeros procedentes de Bagdad han informado a organizaciones humanitarias que han visto a la gente satisfacer su necesidad de agua en los ríos iraquíes, probablemente contaminados como consecuencia de los bombardeos. La posibilidad de que esas aguas contengan gérmenes de cólera son muy altas, según los expertos. Esta situación se ve agravada por la falta de medicinas en Irak, sometido a un completo bloqueo por mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas desde que el Ejército de Sadam Husein invadió Kuwalt el pasado 2 de agosto.
Fuentes médicas en Ammán opinan que ni siquiera el envío de nuevos equipos por parte de la Cruz Roja Internacional podrá contener completamente la amenaza de epidemias, puesto que la población de Bagdad se ha dispersado por todo el país huyendo de los bombardeos y será muy difícil prestar asistencia sanitaria a todo el que la necesite. Fuentes del Gobierno jordano que mantienen contacto con la capital iraquí han informado, además, que algunos hospitales de Bagdad han sido parcial o totalmente dañados por los ataques de la aviación aliada y va a resultar casi imposible hacer operativos los centros sanitarios en medio de la situación que se vive en Irak, que también padece falta de electricidad y de combustible.
Sin recursos
Las autoridades iraquíes aseguran que antes del inicio de la guerra ya habían muerto en su país unos 4.000 niños por falta de medicinas. "Este número puede haber aumentado ahora dramáticamente", según manifestaron funcionarios de organizaciones internacionales.
Algunos de los refugiados llegados desde Irak informan que muchos de los principales edificios de Bagdad se encuentran en ruinas y que en ellos se almacena la basura, sin que el Gobierno iraquí cuente aparentemente con recursos para evitar esos focos de contagio.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.