Los países del Magreb intentan canalizar las movilizaciones proiraquíes
Los Gobiernos de los países del gran Magreb árabe -Túnez, Argelia y Marruecos- intentan por todos los medios frenar a la oposición y reconducir la movilización popular a favor de Irak para que no se convierta en un elemento más de desestabilización interna.
En este marco, representantes del Gobierno marroquí han iniciado conversaciones con los sindicatos mayoritarios -CDT y UGTM- en un intento de mitigar la convocatoria de huelga general efectuada para el próximo día 28 en apoyo de Sadam Husein. Mientras en Túnez los secretarios generales de los seis partidos de la oposición eran arrestados y detenidos durante cerca de 10 horas en el Ministerio del Interior.El pasado viernes por la tarde horas después de que se hiciera pública la convocatoria de huelga general en Marruecos en apoyo a Irak, representantes de la Administración establecieron contactos con portavoces de los sindicatos convocantes, en un intento de mitigar los efectos de la protesta.
Las conversaciones entre el Gobierno y los sindicatos se reanudaron en la mañana de ayer, según se aseguró en medios políticos, sin que por el momento se haya llegado a acuerdo alguno.
Al margen de esta cuestión, la oposición marroquí ha mantenido en pie otras movilizaciones en favor de Irak, como el encierro de mujeres en la sede central del partido del Istiqlal, ayer por la tarde en Rabat, en el que participaron cerca de 300 personas.
Reunión Hassan-Arafat
A esa misma hora el máximo dirigente de la OLP, Yaser Arafat, era recibido por el rey Hassan II con el que conversó durante cerca de dos horas sobre los proyectos de pacificación de la zona del Golfo. En Túnez, un portavoz de la OLP, aseguraba que una nueva iniciativa de paz se había puesto en marcha a través de los países no alineados.
La tensión en Túnez se ha disparado en las últimas horas, como consecuencia del arresto temporal de los secretarios generales de los seis partidos de la oposición, informa Kamel Ben Younes. La policía fue a buscar a los dirigentes políticos a sus casas el jueves por la noche, liberándoles horas después.
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