Mozart sin fronteras

Doscientos años después de su muerte, el mundo celebra a Mozart. Sus obras se interpretan en los lugares más recónditos, pero los espectáculos de mayor gancho y atractivo se verán en los lugares de más tradición y poder económico. En principio, Austria -Viena y Salzburgo-, sin olvidar los santuarios mozartianos tradicionales de Brottningolm, en Suecia, o Glyndebourne, en Inglaterra.

En Viena destacan dos directores de diferente concepto interpretativo en el acercamiento al compositor. Claudio Abbado, con puesta en escena de Jonathan Miller, se sumergirá en Las bodas de Fígaro a partir del 12 de mayo. Después, desde el 31 de mayo, retomará el Don Giovanni de la pasada temporada, escenificado por Luc Bondy, cuyas discontinuas representaciones se prolongan hasta el 8 de diciembre.Más prolífico en la ópera mozartiana es Nikolaus Harnoncourt, que, entre otras, dirigirá Tamos, rey de Egipto (febrero), El rapto del serrallo e Idomeneo (mayo) o Così fan tutte y La finta giardiniera (junio). Especialmente simbólico es el 5 de diciembre, fecha del fallecimiento del compositor. Simultáneamente se interpretará en diferentes lugares de la capital austriaca el Réquiem, con la Filarmónica de Viena; Don Giovanni, con Abbado; La flauta mágica y un concierto de la Chamber Orchestra de Europe dirigido por Harnoncourt.

Del 26 de julio al 31 de agosto son los festivales de verano de Salzburgo. Es esperada la vuelta de Georg Solti a La flauta mágica, con el recuerdo puesto en aquella producción a la que Kokoschka puso los Figurines y el telón. Esta vez será Johannes Schaaf el director escénico junto con Michael Hampe es el más solicitado este año en la villa natal de Mozart). Riecardo Muti dirigirá Così fian tutte y Don Giovanni; Bernard Haitink, Las bodas de Fígaro; Ozawa, Idomemeo, y Stein, El rapto del serrallo. Al margen de la ópera, Carlo Maria Glulini y la Filarmónica de Vie na se las verán con el Réquiem (28 de agosto), y Alicia de la Ro cha tocará el concierto KV. 271, con la Orpheus Chamber Orchestra.

Los santuarios mozartianos tradicionales fuera de Austria, como Aix en Provence en Francia, Brottningolm en Suecia o Glyndebourne en Inglaterra, continúan una dedicación nunca interrumpida. En ese aspecto destaca el esfuerzo de Glyndebourne, que desde el 21 de mayo al 23 de agosto programa las seis óperas grandes de Mozart (Bodas, Così, Idomeneo, La elemenza, La flauta y Don Giovanni). La contribución a la historia interpretativa mozartiana del bucólico teatro inglés data de los tiempos de Fritz Busch, en los años treinta. Entre sus propuestas atrevidas se cuenta la primera producción mozartiana de Peter Sellars en Europa (La flauta mágica, 1990). Glyndebourne siempre se ha distinguido por un inmenso cuidado de la interrelación entre los aspectos escénicos y los musicales, y por el equilibrio entre el riesgo y el rigor.

Nueva York y Londres preparan programaciones integrales de la obra mozartiana. En la ciudad norteamericana, además de la nueva producción de La flauta mágica, con dirección escénica de Werner Herzog y musical de J. Levine (estos días), se repone La clemencia de Tito, Don Giovanni y Las bodas de Fígaro (en la temporada del Metropolitan), dentro de una programación de 500 conciertos en dos anos con toda la obra de Mozart.

Roma, Amsterdam y París

En Roma se repone -del 19 de febrero al 7 de marzo- el excelente Don Giovanni procedente de Bolonia y escenificado por Luca Ronconi, con Ruggero Raimondi en el papel protagonista y Gustav Kuhn al frente de la orquesta. Amsterdam será testigo del Idomeneo de Frans Bruggen.Francia apuesta por una nueva producción de La flauta mágica -teatro de la Bastilla, del 27 de Junio al 19 de julio-, con Armin Jordan al frente de la orquesta y Robert Wilson en la dirección escénica. Lluís Pasqual realizará idéntico cometido con El rapto del serrallo -teatro Chatelet, el 22, 25 y 27 de junio-, que dirigirá John Ellot Gardiner.

En Grasse (Alpes marítimos) se representa hoy Apolo y Jacinto para voces infantiles. La relación de propuestas de interés sería interminable.

Sin salir de nuestras fronteras, los principales teatros dedican producciones al compositor. El Liceo pondrá en escena La flauta mágica -del 20 de junio al 6 de julio- con Francisco Aralza, Kurt Moll y Cathleen Cassello, y con Uwe Mund como director musical. La Zarzuela presentará Idomeneo -del 19 de febrero al 3 de marzo- con Montserrat Caballé, Diana Montagüe, Gosta Winpergh e Isabel Rey. Michel Schoenwandt dirigirá la orquesta, y Emilio Sagi la escena.

Los festivales veraniegos de Granada y San Sebastián tendrán una ópera de Mozart en sus programaciones. El primero (junio) presentará Don Giovanni, con dirección musical de Antoni Ros Marbá y dirección escénica de Pilar Miró. El segundo (agosto), Così fan tutte, con María Bayo y Gloria Fabuel.

Voces jóvenes

En las temporadas organizadas por las asociaciones Amigos de la Opera se hacen esfuerzos de contribución a la recuperación mozartiana. Así, en Oviedo tienen el aliciente de un concurso escenográfico para La flauta mágica, y en Las Palmas un reparto de voces jóvenes españolas en Las bodas de Fígaro.Sin olvidar, claro está, la cuarta edición del Festival Mozart de la revista Scherzo, en Madrid, con 40 actos distribuidos entre 14 óperas de un nivel modesto e interpretaciones cameristicas y sinfónicas con intérpretes de la categoría de Maria Joao Pires, Frans Bruggeno y el Cuarteto Melos.

Mozart, pues, entre nosotros. Para poder gozar de sus poéticos, maravillosos quintetos, de sus formidables conciertos para plano o de sus insuperables óperas. Sea, por una vez, bienvenido el exceso. De Mozart, como de los grandes vinos, las borracheras son enormemente placenteras.