Los tres buques españoles realizarán operaciones de apoyo a la flota multinacional que ataca a Irak

J. CEMBRERO / M. GONZÁLEZ Los buques españoles enviados al Golfo cumplirán misiones de apoyo a la flota que participa en la ofensiva contra Irak y no sólo de control del embargo decretado por la ONU, como ha asegurado reiteradamente el Gobierno, según han confirmado distintas fuentes militares y diplomáticas. La directiva de coordinación naval, aprobada por los socios de la UEO el día 8 en París, señala que los buques que no participen en "operaciones directas contra fuerzas iraquíes" como los de España y Bélgica, realizarán "operaciones genéricas de apoyo" a los directamente implicados en la guerra.

En la directiva de la UEO sobre fuerzas navales, que fijó las normas de comportamiento de la flota europea ante la entonces inminente ruptura de las hostilidades, se especifica la distinción entre los dos grupos de países. España y Bélgica, cuyos buques no participan en acciones ofensivas contra Irak, se comprometen a las siguientes misiones, según consta textualmente en la directiva:"A. Control de zona, escolta de refuerzos anfibios o logísticos y participación en evacuaciones médicas o de refugiados.

B. Operaciones de coordinación y control de tráfico marítimo.

C. Continuación de operaciones necesarias para el mantenimiento del embargo".

Las zonas asignadas a este grupo son el golfo Pérsico y el estrecho de Tirán -acceso al puerto de Aqaba (Jordania)-, aunque se la posibilidad de operar al sur del mar Rojo

En la citada reunión del dia 8, el Reino Unido pidió a Espana que las "operaciones genéricas de apoyo" pudieran transformarse en operaciones directas contra Irak. La respuesta española fue un tajante no, según fuentes de la UEO.

Preguntado al respecto, un portavoz de Defensa señaló ayer que no se facilitará información puntual sobre las misiones que desempeñan los buques españoles. No obstante, este portavoz admitió que, además del control del embargo, la fragata y las dos corbetas participarán en operaciones de apoyo, "fundamentalmente humanitarias", y de control de zona.

La nota oficial difundida por el Ministerio de Defensa el pasado lunes, en la que se anunciaba la inminente salida de la fragata Victoria y las corbetas Vencedora e Infanta Elena, insistia en que dichos buques "seguirán realizando idénticas misiones, en cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas, que las realizadas por los hasta ahora allí desplazados a los que sustituirán".

No obstante, las operaciones para mantener el embargo resultan ahora escasísimas, debido a la drástica reducción del tráfico marítimo en la zona desde el inicio de la guerra.

Mientras que el mando de los buques europeos que realizan operaciones directas contra Irak -británicos, franceses, holandeses e italianos- ha pasado a manos de EE UU, el control operativo (cesión temporal del mando) de los barcos que participan en operaciones de apoyo a los primeros -españoles y belgas, más algunos franceses e italianos- corresponde al contraalmirante francés Pierre Bonnot. A principios de enero se hizo cargo de la coordinación de los buques de la UEO el capitán de navío español Francisco Rapallo, pero al entrar en vigor la nueva directiva fue relevado por el contraalmirante francés.

Un portavoz de Defensa explicó que la sustitución anticipada de Rapallo, a quien correspondía la responsabilidad de la coordinación durante el mes de enero, se debió a la decisión de que el cargo recayese en un militar de mayor rango.

Dragaminas obsoletos

En medios militares se considera que, en cumplimiento de los compromisos que se derivan de la directiva, los tres buques españoles desplegados en la región pueden cumplir misiones de escolta a cazaminas. El Reino Unido pidió a sus socios de la Unión Europea Occidental (UEO) el envío de dragaminas y cazaminas a la zona, según la prensa británica y el portavoz del Ministerio de Defensa holandés. Fuentes diplomáticas españolas. han negado que se planteara esta petición, "al menos, en el marco de la UEO".

En todo caso, la posibilidad de que España envíe dragaminas al Golfo es descartada en medios militares, ya que los 12 buques de este tipo con que cuenta la Armada española, de fabricación norteamericana, datan de los años cincuenta y no se encuentran en condiciones de operar tan lejos de España, aunque cuatro de ellos estén clasificados retóricamente como oceánicos. Lo máximo que ha ofrecido España es que sus dragaminas operen en el estrecho de Gibraltar, en coordinación con los de la OTAN.

En cambio, la fragata española que opera en las inmediaciones del estrecho de Ormuz y tiene su base en los puertos de Abu Dabi y Dubal (Emiratos Árabes Unidos), puede actuar como escolta de los dragaminas belgas Myosotis e Iris, que actúan en el golfo de Omán, con base en Fujaira (EAU), sin abandonar la zona que le ha sido encomendada.

No sería la primera vez que un blique español realiza esta misión, pues la fragata Santa María, la primera que envió España a la zona, escoltó en septiembre a dos cazaminas belgas desde Yibuti, al sur del mar Rojo, hasta el estrecho de Ormuz.

Fuentes de Defensa aseguraron ayer, no obstante, que no se ha producido aún ninguna peticion para que los buques españoles realicen dicha misión.

Mientras que el control del embargo ha pasado a segundo plano desde el inicio de la guerra, la vigilancia para evitar la colocación de minas y el rastreo de la zona para recoger las ya existentes se han convertido en la máxima prioridad.