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Pérez de Cuéllar confiesa su tristeza

El secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, declaró anoche en Nueva York, al enterarse del inicio de la guerra, que sentía "tristeza". El más alto funcionario de la ONU conoció la noticia en su despacho oficial. Estaba previsto que el Consejo de Seguridad se reuniera a última hora de la noche informalmente para analizar la situación.

El Consejo de Seguridad fue el órgano ejecutivo de Naciones Unidas que aprobó el uso de la fuerza el pasado 29 de noviembre. Pérez de Cuéllar, que el martes había solicitado a Sadam Husein que se retirara de Kuwait, declaró anoche que " como hombre de paz y responsable de la organización que vela por la paz en el mundo" sólo podía definir el sentimiento que le invadía en esos momentos con la palabra "tristeza".El ataque norteamericano coincidió con consultas informales del Consejo de Seguridad sobre el tema de los territorios ocupados por Israel. Pese a que todos los delegados estaban pendientes de lo que ocurría en el golfo, la noticia del estallido de las hostilidades llegó de improviso a la sala. El debate sobre los territorios ocupados se interrumpió de inmediato. El primer diplomático en salir de la sala fue el embajador norteamericano Thomas Pickering, quien abandonó Naciones Unidas mientras utilizaba su teléfono portátil y era seguido por dos de sus ayudantes. El edificio estaba fuertemente protegido por policías.

El embajador de Kuwait en la ONU, Mohammad Abulhasan, celebró la acción militar norteamericana y declaró que esperaba que "la comunidad internacional libere Kuwait de los agresores iraquíes". "Espero que esta operción militar termine en victoria", añadió.

Durante todo el día de ayer el fantasma de la guerra había planeado en el edicifio de las Naciones Unidas. Los pasillos estaban vacíos y los pocos funcionarlos que habían acudido a su trabajo apenas pronunciaron palabra durante su jornada laboral. Parecía como si la impotencia del organismo, para solucionar el conflicto pacíficamente hubiera invadido el rascacielos de la Primera Avenida.

La ONU, el marco donde la comunidad diplomática internacional pudo haber evitado esta guerra, pasará a la historia de esta crisis como el organismo que legalizó el conflicto, con 12 resoluciones del Consejo de Seguridad, condenatorias de la acción iraquí.

Una de esas resoluciones, la 678, autorizaba explicitamente a la coalición internacional formada entorno a EEUU, el uso de la fuerza contra Irak si Sadam no abandonaba Kuwait a las 24 horas del día 15. EEUU utilizó esa resolución para iniciar un ataque a gran escala, que comenzó cuando sólo habían transcurrido 19 horas del límite marcado por la ONU.

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Manhattan, triste

La ciudad de Nueva York también reaccionó ante la noticia de la guerra. El destino hizo coincidir una tremenda tormenta con la hora en que los aviones estadounidenses estaban lanzando sus bombas. En Broadway, sin embargo, los espectáculos musicales levantaron el telón y los restaurantes del Village recibieron clientes. La guerra estaba en boca de todos.

Los periódicos locales no tardaron en reaccionar. La palabra War (guerra) aparecía en las primeras páginas de las ediciones extras de los diarios locales y los letreros luminososo de Times Square no dejaban de lanzar mensajes sobre las últimas noticias del conflicto, como ocurrió durante la Segunda Guerra Mundial y los conflictos de Corea y Vietnam.

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