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Londres parece resignado a que estalle la guerra

El Gobierno británico espera con poca confianza el resultado de la gestión del secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, ante el presidente iraquí, Sadam Husein, a la que da la bienvenida como un último recurso diplomático. En Whitehall, el ánimo es de resignación ante el conflicto bélico mientras se ultiman los preparativos militares sobre las arenas del desierto y los sanitarios en los hospitales de Inglaterra han recibido órdenes de preparar camas para 7.500 heridos.El Ejecutivo se reunió ayer en pleno, por primera vez desde antes de las navidades, para analizar los últimos acontecimientos y escuchar lo que el primer ministro, John Major, tuviera que decir de su reciente viaje por el Golfo. El ánimo era sombrío, y sólo el secretario del Foreign Office, Douglas Hurd, manifestó en público la firme disposición británica de ir a la guerra si no se encuentra otra alternativa.

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Hurd celebró que Pérez de Cuellar tenga ocasión de manifestar a Sadam Husein que el conflicto no es entre Estados Unidos e Irak, sino de la comunidad internacional con Irak, e hizo notar un punto sobre el que hasta ahora Londres ha hecho poco énfasis: que Sadam Husein "no será atacado si deja Kuwait". No obstante, Hurd insistió en que lo que está en juego es la seguridad colectiva y que el precedente de la inacción ante el expansionismo de Hitler no va a repetirse.

El secretario del Foreign Office desautorizó a quienes reclaman más tiempo para las sanciones económicas y abogó por no posponer la acción contra el presidente iraquí. "Tenemos el apoyo de la gran mayoría del mundo para resolver esta cuestión como sea", dijo. "Si permitimos que se disipe con la infundada esperanza de que en un futuro indeterminado se le podría persuadir de dar marcha atrás en su agresión, estaríamos asumiendo un riesgo no justificado".

Diplomáticos evacuados

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Londres evacuó ayer a su personal diplomático de Bagdad, en una señal más de lo poco que espera una salida pacífica a la crisis. Hurd inicia hoy una visita de cuatro días por la zona y Major visitará el lunes a François Mitterrand en París, la víspera de un nuevo debate en los Comunes sobre la situación, el mismo día que se cumple el ultimátum de las Naciones Unidas.

Las tropas británicas -con 35.000 hombres, 160 carros de combate y 75 aviones, el segundo contingente más numeroso, tras el de Estados Unidos- están ultimando sus preparativos con intensas maniobras nocturnas con fuego real. El Estado Mayor británico confía en que su superioridad tecnológica en el combate nocturno le brinde una sustancial ventaja militar frente a los iraquíes. Oficialmente, la moral de los soldados es alta, pero quienes les han visitado sobre el terreno señalan que los comentarios que reciben de casa no son siempre alentadores.

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