París quiere restablecer su autoridad en Córcega
El Gobierno francés proclamó ayer su "voluntad ejemplar" de "identificar, detener y sancionar" a los culpables de la ola de violencia política y mafiosa que sacude Córcega. Los gobernantes franceses, con François Mitterrand a la cabeza, se declararon dispuestos a "reafirmar la autoridad del Estado" en la isla, de 240.000 habitantes.
La declaración de intenciones fue acompañada de la promesa de que los gobernantes socialistas no cambiarán su actual política corsa, consistente en apoyar el estatuto de autonomía propuesto por el ministro del Interior, Pierre Joxe. Ese estatuto, pendiente de la aprobación del Senado, otorga un cierto autogobierno a la isla e incluye la noción de "pueblo corso" por primera vez en la historia de la muy centralista República francesa.El Gobierno, según informó el ministro adjunto de Justicia, Georges Kiejaman, rechaza por el momento la posibilidad de reforzar la presencia policial en una isla, que ya cuenta con el doble de gendarmes por habitante que el territorio continental francés.
Horas antes del Consejo de Ministros extraordinario, en la noche del miércoles al jueves, los independentistas del Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC) habían hecho toda una demostración de fuerza y audacia. Varias decenas de activistas armados y enmascarados efectuaron siete operaciones de comando en otros tantos lugares de la "isla de belleza". El balance final de lo que la prensa francesa llamó la "noche azul" de Córcega fue 74 cabañas, casas y villas dinamitadas, y 22 personas, en su mayoría turistas franceses, alemanes e italianos, tomados provisionalmente como rehenes.
La organización independentista difundió ayer un comunicado en el que condenaba de antemano cualquier solución para la isla basada en la "represión policial" y el rechazo de los "derechos del pueblo corso". Lo grave para las autoridades francesas fue que sus gendarmes no lograron detener ni a uno solo de los casi 100 activistas que participaron en los atentados de la "noche azul".
En 1990 la situación corsa se complicó con la irrupción de una violencia criminal de puro estilo siciliano. Un total de 15 notables de la isla fueron asesinados a tiros, sin que hasta ahora la policía francesa haya podido esclarecer ningún caso. Los independentistas niegan cualquier relación con esos asesinatos y se declaran, por el contrario, dispuestos a luchar contra la "emergencia de una nueva casta político-mafiosa basada en la especulación inmobiliaria".
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