Lecciones de historia

Las hazañas de los almogávares, aquellos temibles hombres de armas que asolaron el Mediterráneo entre los siglos XIII y XIV, y el trasfondo de una época tan convulsa como extraordinaria no han sido objeto de particular interés por nuestro cine, por la simple razón que reproducir sus peripecias implica un coste que resulta imposible para un cine de debilidades estructurales como el que se produce en el Principado. Por eso es todavía más sorprendente la existencia de este Desperta, ferro, filme de animación que ha insumido un trabajo ingente a un equipo de 400 personas durante largo tiempo, un esfuerzo de producción apoyado por la Generalitat, el Ministerio de Cultura, TV-5 y la Fundació Serveis de Cultura Popular, sin cuya aportación nunca habría podido concretarseEl filme parte de un hecho histórico, el asesinato, en abril de 1305, de Roger de Flor, almogávar al servicio del emperador de Bizancio Andrónico ll., por parte de sicarlos de su propio emperador, temeroso de los excesos del caudillo. El hecho provocó lo que se conoce desde entonces como la "venganza catalana", el saqueo, al grito de "Desperta, ferro", de numerosas ciudades mediterráneas por.parte de la compañía almogávar. Su trama es claramente deudora del esquema clásico de las narraciones populares, en las que alguien asigna a un héroe una tarea a cumplir.

Ese héroe está en perfecta consonancia con el público potencíal del filme: es un despierto niño que responde por Llúria y que, a lomos del gaudiniano dragón del Parque Güell, inicia su aventura. Para Llúria, los alinogávares serán no sólo los pretéritos y gallardos catalanes que cuentan los libros de historia, sino unos fascinerosos de cuidado, y su caudillo el peor de todos. Su enfrentamiento en clave fantástica con el patibulario Rocafort es el corazón de la ficción, que termina a golpes de espada en la mismísima Sagrada Familia de Gaudí.

Lo más sobresaliente de esta película tan estimulante como irregular es el trabajo técnico. Desperta, ferro es un impecable ejercicio de animación, mucho mejor que la mayoría de filmes del género. Su dibujo, de inspiración disneyana, se complementa con una realización brillante; la recurrencia a la Historia como generadora de la Ficción es afortunada. En todo caso, el filme reproduce el mismo problema habitual que suele atenazar al cine catalán -y al español también-: la falta de un guión sólido.