El Gobierno chileno, insatisfecho con las explicaciones del general Pinochet
El Gobierno quedó insatisfecho con la explicación del jefe del Ejército, el general Augusto Pinochet, sobre que el acuartelamiento fue un "ejercicio" declaró el ministro del Interior, Enrique Krauss. El acuartelamiento del Ejército durante 17 horas en el grado 1, el más riguroso de todos, puso término a los sondeos en los que el Gobierno y los militares examinaron el posible paso a retiro del general Augusto Pinochet.
Al término de la crisis, el primer roce serio entre el poder civil y el militar en nueve meses de transición a la democracia el Gobierno y el Ejército creen haber salido bienparados. La movilización del Ejército, que no incluyó soldados con sus caras pintadas ni desplazamientos de tropas por las calles, abarcó todo el país.Aunque nadie en Chile cree la versión del "ejercicio", la naturaleza de esta transición, con las reglas del juego del anteri or ,régimen, obliga al Gobierno y al Ejército a referirse con este eufemismo a la demostración de fuerza militar. Reconocer el acuertelamiento corno tal implica adoptar medidas contra el Ejército por su acción.
En un gesto para mostrar que la tensión está superada, el presidente Patricio Aylwin fue en la noche del jueves a una ceremonia de graduación de oficiales, en la que estuvo presente Pinochet. Pero la mayoría de los asistentes, parientes de militares, silbó a Aylwin y a su ministro de Defensa, Patricio Rojas, y ovacionó a Pinochet.
El malestar de los militares, atribuible a la acusación por la financiera clandestina llamada La Cutufa, y el de Pinochet, a la investigación del Parlamento por los tres millones de dólares que el Ejército pagó a su hijo, han sido otra causa de roces en esta transición junto a las denuncias por violación a los derechos humanos.
Pero no es posible justificar la corrupción. En este clima de malestar, un dirigente opositor, que la Prensa identificó ayer como el senador Sergio Onofre Jarpa, se acercó al Gobierno para expresar que Pinochet estaba dispuesto a conversar sobre su renuncia en 1991.
La condición que ponía Pinochet para su renuncia eraque cesara lo que considera una campaña de ataques contra él y su familia.
Pinochet, sin embargo, no se refirió a su renuncia en esa reunión, aunque sí al malestar por la forma que lo trata la Prensa.
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