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La exigencia de visados y un nuevo crédito español de 125.000 millones centran la cumbre hispano-marroquí

El presidente Felipe González y su homólogo marroquí, Azedin Laraki, celebran hoy y mañana en Rabat su primera cumbre institucional, en la que, según fuentes diplomáticas, evitarán cuidadosamente abordar temas delicados, como, la violación de los derechos humanos en Marruecos o la reivindicación marroquí sobre Ceuta y Melilla, para concentrar sus conversaciones en una relación bilateral que va viento en popa, según esas fuentes. La próxima exigencia española de visados a los marroquíes y la petición marroquí de un nuevo crédito español centrarán las conversaciones.

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El interlocutor de González

Españoles y marroquíes ahondarán en su diálogo en dos grandes temas: la introducción del visado para los marroquíes que deseen viajar a España a partir del 1 de marzo y la concesión de un nuevo préstamo cuando se agote el actual de 125.000 millones de pesetas (45.000 millones en créditos blandos y 80.000 millones en condiciones comerciales), utilizado ya en más de un 80%.El Gobierno de Rabat parece resignado a que más de un millón marroquíes se sometan cada a5o al trámite del visado y esperan que estos documentos sean concedidos con agilidad, así como la voluntad española de legalizar a la mayoría de los 70.000 marroquíes que se encuentran en España en situación irregular. Hasta ahora, Marruecos no ha asumido las críticas de la oposición nacionalista y de izquierdas a la imposición del visado para los marroquíes que crucen a Ceuta y Melilla y que no sean residentes en las provincias limítrofes de Tetuán y Nador.Buena disposición

Mohamed Berreda, ministro marroquí de Finanzas, declaró a finales de noviembre que pediría un nuevo crédito a España por un importe similar al actual de 125.000 millones de pesetas que expira en 1992. Sin comprometerse sobre las cifras, en la delegación española se indica que "hay buena disposición" y se anuncia para el año próximo la firma de un ambicioso acuerdo marco de cooperación que acentuara aun mas la interpretación de las economías de ambos lados del Estrecho, la mejor fórmula de evitar "sustos antiespañoles" por parte del vecino del Sur.

La ausencia de los ministros de Transportes y Obras Públicas impedirá abordar esa cuestión pero, en cambio, el titular de Cultura, Jorge Semprún, se es

forzará en obtener la luz verde para que el canal internacional de TVE pueda ser captado en Marruecos. La publicidad y la carga erótica de algunos programas de los canales convencionales de TVE prácticamente imposibilitan su difusión en el reino.

Tras la sangrienta represión de la huelga general del pasado viernes en Marruecos, el Gobierno español hubiese preferido que el de Rabat aplazase unos meses esta primera cumbre, llamada oficialmente "encuentro de alto nivel", pero nunca creyó, en el fondo, que el monarca tomase tal iniciativa. Hassan -que mañana recibirá a González- deseaba dar una impresión de normalidad y, todo lo más, cambió el lugar de la reunión, Fez, la ciudad imperial donde se produjeron los disturbios, a Rabat.

Algo preocupados por el ambiente que rodea la cita con Marruecos, cinco ministros -los titulares de Asuntos Exteriores, Economía, Industria, Cultura y la ministra portavoz- viajan hoy a Rabat junto con su presidente, que, en contra de su costumbre, no tiene previsto por el momento ofrecer una conferencia de prensa. La tarea de informar a los numerosos periodistas españoles que cubrirán la visita a Rabat recaerá sobre la ministra portavoz, Rosa Conde.

¿Mencionará González este delicado asunto [de los derechos humanos] con Laraki o incluso con Hassan? A la pregunta, Miguel Gil, subsecretario del Ministerio del Portavoz, contesta con un escueto "no sé", mientras otra fuente oficial señalaba ayer en una reunión con la prensa que "hacerlo, y sobre todo dar cuenta de ello en público, puede ser percibido como una injerencia en los asuntos internos de Marruecos" y resultar hasta contraproducente. En marzo, en Brasilia, González sí se atrevió a solicitar al líder cubano Fidel Castro que "insertase a su país en la corriente democratizadora que recorre Latinoamérica".

González no descarta, sin embargo, según una fuente diplomática, recordar a sus interlocutores que España favorece los procesos de apertura democrática, que también se intentarán promover en el marco de la futura Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en el Mediterráneo o cuando se ponga en marcha el plan del comisario Abel Matutes, aprobado el martes en Bruselas. Sus comentarios serán genéricos y no mencionará explícitamente a Marruecos.

La delegación española supone que, como cuando vino Hassan a Madrid hace un año, sus interlocutores marroquíes omitirán evocar la "situación colonial" de Ceuta y Melilla, y ellos tampoco plantearán en profundidad la cuestión del Sáhara occidental, donde la petición formulada en octubre por Rabat a la ONU de que se revise el censo efectuado por España para añadirle unas 40.000 personas complica la organización de un referéndum de autodeterminación.

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