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Nacho Duato presenta en Madrid sus coreografías para el Ballet Lírico

Arantxa Argüelles se despide de la formación nacional con este programa

El Ballet del Teatro Lírico Nacional empieza su segundo programa en el teatro de la Zarzuela con obras de su director, Nacho Duato, entre ellas Concierto madrigal y Opus piat, los primeros trabajos creados expresamente para la compañía. Con este programa Arantxa Argüelles se despide como primera bailarina de la formación nacional para incorporarse a la ópera de Berlín.

Después de seis meses de trabajo con la compañía, Duato -bailarín y coreógrafo de prestigio internacional, rechazó ofertas importantes como la de la ópera de Berlín para dirigir el BTLN- se muestra contento y "nada frustrado" de haber seguido su intuición, a pesar de conocer mejor las limitaciones que esta compañía y su estructura oficial le plantean. "Ahora sé que en Berlín me hubiera muerto", dice ilusionado frente al reto que se ha propuesto: cambiar la compañía, el repertorio y la distancia del público.Nacho Duato, con la moral muy alta por la especial acogida que sus nuevas obras tuvieron en la URSS dentro del festival Bailar España, presenta en Opus piat y Synüphai su nueva visión de la coreografía y lo que en estos momentos le interesa remarcar: "Mi base es clásica, pero la utilizo para decir cosas muy distintas". También en ellas propone un mensaje nuevo, más profundo, porque quiere que su trabajo "sirva para algo, que el público vibre y se sienta reflejado en el escenario". Mientras tanto, Arenal y Madrigal responden a un interés, no tanto coreográfico, sino de compañía. "Verán hasta dónde pueden llegar estos bailarines con su técnica. Cuando exista la compañía y demuestre que puede llenar las salas", concluye, "será necesario crear una escuela para el ballet. Claro, si verdaderamente el país lo quiere y necesita una compañía clásica, cosa que también es discutible".

"En este tiempo los bailarines han perdido el miedo a un nuevo director, después de tantos. Tenemos más confianza y podemos hablar como compañeros. Creo que con mi trabajo ganarán pureza para abordar incluso obras clásicas que ahora no pueden".

Para ello cuenta con la energía que él y su asistente holandés James Vicent están insuflando a los movimientos, y con la ayuda de maestros y repetidores clásicos como la yugoslava Irena Milovan y Benjamin Harkarvy (fundador del Nederlands), que vendrán el año próximo. Del anterior equipo sólo quedará Gisele Roberts, y del anterior repertorio, la Fille mal gardée.

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