La rana, legalmente protegida en Castilla y León
La captura de la rana ha quedado regulada por ley en Castilla y León, tras incluirla la Consejería de Medio Ambiente en la normativa de la Ley de Pesca. La orden se ha dictado a causa de "la creciente presión pesquera a la que se ve sometida la rana común (Rana perici) y a la consiguiente disminución de su población" por lo que se han considerado necesario tomar medidas para "conservar y potenciar" la especie.
La captura de ranas, que en algunos puntos de la región castellano-leonesa es cada vez más intensa, se relaciona con el creciente consumo de sus ancas, con fama de exquisitas una vez guisadas. Una ración de ancas, servidas como aperitivo en los bares, cuesta unas 1.500 pesetas, y a los pescadores, algunos de ellos dedicados en exclusiva, la docena se les puede pagar en torno a 650 o 700 pesetas.La normativa legal dictada ahora establece que para poder pescar ranas es preciso disponer de la licencia de pesca y se fija la utilización de la caña dotada de señuelo artificial (suele ser un trapito rojo o un insecto) como el único artilugio permitido. La época hábil para poder capturar ranas se fija entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, desde una hora antes de la salida del sol hasta una hora después de la puesta. También se regula el tamaño que deberán tener los ejemplares capturados: las dos ancas extendidas totalmente mediarán al menos 190 milímetros, y el número máximo de ranas que podrán pescarse se reduce a dos docenas por persona y día. En caso de infracción, la orden dictada fija una indemnización de 1.000 pesetas por cada una. La rana común abunda en Castilla y León, sobre todo en los puntos en donde se cuenta con charcas para abrevar el ganado.
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