_
_
_
_
DESAPARECE EL AUTOR DE 'FRANK V'

Corrosivo, antidogmático y social

Con Friedrich Dürrenmatt comencé a dirigir teatro. Su Proceso por la sombra de un burro, un pequeño relato radio ónico, no escrito específicamente para la escena, significó el descubrimiento de una posibilidad teatral, ni más ni menos. Abrió mi mente a un hecho escénico ágil, rápido, amargo y divertido, bastante profundo y totalmente contemporáneo.No permitía ceñirse a las rígidas normas de un teatro establecido, ni en la forma ni en el fondo. Un texto provocador de Ideas y conflictos: un texto esencialmente vivo. Y así creo que es todo su teatro: corrosivo, antidogmático y sobre todo escrito para y por su sociedad.

Cualquiera que fuese el tema que Dürrenmatt tratase, desde Roma (Rómulo, el Grande) o Grecia (Los trabajos de Hércules) a nuestros días, cada palabra reflejaba de una forma sardónica nuestra vida cotidiana. Y su sentido del humor hace tambalear los más serios pilares de nuestra sociedad.

Más información
Muere Dürrenmatt, escritor del pesimismo

Por esa visión de la vida, Friedrich Dürrenmatt hizo que un joven mal actor se atreviese a dirigir. La ilusión y la tuvieron parte de culpa en esta decisión, la supervisión de Layton y Miguel Narros alentaron una y cubrieron la otra, pero fueron la libertad y la alegría de este autor las que me em pujaron a definir mi pro fesión.

Escenas colectivas

Con él comprendí que en el teatro se podía hacer de todo: desiertos, caminos, animales y templos, incendios y barcos, escenas colectivas que no necesitaban tantos colectivos, que los actores podían doblar y hasta triplicar los personajes, que tres sillas y una pared de ladrillos bastaban para sugerir, que los días y las semanas transcurrían en un oscuro, que los kilómetros eran centímetros de escenario y que la palabra, la emoción y el comportamiento, es decir el actor, lo eran todo.

Y, lo principal, que las cosas serias y solemnes eran menos serias y nada solemnes. Para él, el teatro era un juego y yo aprendí el placer de jugar al teatro y he procurado desesperadamente mantenerlo hasta hoy.

Y todo eso pasó hace 24 años, en 1966. Luego ese juego se complicó un poco más. Por eso no sé si darte las gracias.

José Carlos Plaza es director teatral y director del Centro Drarnático Nacional.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_