Una flor en Central Park
Mark David Chapman lleva 10 años cumplidos de cárcel. Su sentencia es de por vida, no sólo física sino mentalmente. El, exactamente hoy, que hace 10 años disparó las cinco balas que acabaron con la vida de John Lennon, tal vez sea quien más lo lamenta, al menos públicamente, pues no ha parado de decir entre barrotes: "Haber matado a Lenon fue el fin de la inocencia para aquel tiempo, y lamento haber sido quien terminó con ella. En esa época Lennon no era una persona real para mí, era una imagen en la pantalla y me hacía daño. Le maté porque me sublevaba que se hubiera convertido en un personaje tan falso".Son lamentaciones brutales, primitivas y, quién sabe, seguramente falsas. Pero, frente a esta autoflagelación pública, sólo está previsto en el décimo aniversario de la muerte de John Lennon un eco lleno de silencio. Tanto que, hasta la placa recordatoria que le dedicaron en Central Park de Nueva York, está fría y vacía. "Apenas una flor asoma al lado de la placa de granito, que dice simplemente Imagine, como un eco de una de las más conocidas canciones de Lennon", dice una nota de la agencia Reuter. Por su parte, el portero del edifico Dakota, ha afirmado: "No esperamos ninguna multitud para el aniversario, como solía ocurrir al principio".
Yoko Ono
Y luego está la viuda de John Lennon, Yoko Ono, en quien durante estos 10 años se han centrado todas las miradas. Ono ha dicho que pasará el aniversario de la muerte de John Lennon como en años anteriores: a solas con el hijo de ambos, Sean, y en Europa, donde él estudia. Ella dice que "ignora" el día de la muerte de Lennon y, en cambio, lo que "celebra" es su cumpleaños, cada 9 de octubre.Aparentemente fría, tal vez más que aparente dirán algunos, ella administra con mano de hierro la herencia multimillonarla que dejó su marido, mientras afirma -tal y como hizo el pasado 9 de octubre a través de una emisión de televisión-: "Recordemos a mi marido en su 50 cumpleaños, tratando de hacer realidad sus sueños de paz. El sueño que soñamos solos es sólo un sueño, pero el sueño que soñamos juntos es la realidad".
Sus antiguos companeros en los Beatles, también han dicho que no les gusta "la idea de que John Lennon se convierta en una pieza de museo". Puede que sea verdad. Su asesino, en cambio, sólo repite un monólogo: "La muerte de Lennon fue el fin de la inocencia para aquel tiempo".
Babelia
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